Sindicales
11/11/1987|206
Gran combate en el Puerto
No a la “asamblea de Loza”. Que la comisión de lucha convoque una Asamblea General
"Renovadores y PC vacilan ante el Ministerio de Trabajo
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En la mañana del 30 de octubre más de 3000 estibadores votaron en una Asamblea General la renuncia del odiado César Loza y pararon completamente el puerto hasta que el burócrata presentara esa renuncia por escrito. La asamblea había sido convocada por la burocracia para aprobar la Memoria y Balance del SUPA, pero terminó eligiendo una Comisión de Lucha.
“Ganamos por homicidio”, sintetizó un compañero. No era para menos, pues los trabajadores portuarios identifican a la burocracia del SUPA con los salarios miserables, con la parálisis ante la falta de “pique” (trabajo) y con las terribles condiciones de trabajo, seguridad e higiene que han causado la muerte de más de diez compañeros en lo que va del año. Entre los trabajadores del puerto. Loza es sinónimo de entrega y explotación.
Sin embargo, no había terminado aún de vaciarse el Cedecom, cuando ya la burocracia derrotada en la asamblea comenzaba sus maniobras: una circular firmada por algunos miembros de la Directiva (pero no por Loza) se comprometías convocar elecciones en 90 días, pero sin decir una palabra sobre la renuncia de Loza y, obviamente, desconociendo a la Comisión de Lucha.
Quiere repetir la historia
A principios de 1986, César Loza comenzaba su segundo mandato al frente del SUPA, luego de haber obtenido más del 60 % de los votos. Pese a su triunfo holgado, Loza estuvo jaqueado por los trabajadores desde el comienzo.
Es así que, a mediados de 1986, otra asamblea general votaba la renuncia de Loza, la que no se hizo efectiva porque el Ministerio de Trabajo salió en defensa del burócrata y anuló la asamblea por “salirse del temario”. Desde ese mismo momento, cada asamblea del SUPA fue una batalla para voltear al burócrata.
Entretanto, la situación de los trabaja-dores se iba agravando debido a la brutal caída salarial (el jornal pagado es de ₳ 23,- lo que significa que teniendo la “suerte” de trabajar todos los días — una verdadera rareza— se levantan ₳ 552 al mes, una tercera parte de la canasta familiar), a la terrible crisis laboral (menos de la mitad de los estibadores que concurren diariamente al Cedecom con-sigue enganche); y a las perspectivas, cada vez más cercanas, de privatización del puerto, con la secuela de despidos y pisoteo de las conquistas laborales que ello significa.
Contraataque
La Comisión de Lucha, elegida en la asamblea del 30 de octubre está encabezada por el PC y los renovadores. Pero no solamente no ha dado señales de vida, sino que en el paro de la CGT concurrió al acto detrás del burócrata destronado!!
Ni lento ni perezoso, Loza lanzó un brutal contraataque. En un comunicado de neto corte fascista, desconoció la asamblea y su renuncia y aun la convocatoria a elecciones anticipadas en el SUPA.
El Ministerio de Trabajo radical salió, naturalmente, en auxilio del burócrata: anuló la asamblea aduciendo esta vez que los veedores del Ministerio no estaban presentes. Ahora Loza ha convocado a una nueva asamblea general para el 13 de noviembre. Es indudable que prepara un gran ataque físico, terrorista contra la oposición y repetir, ampliada, la historia de 1986.
Demos el golpe de gracia
El activismo y los trabajadores del puerto no quieren repetir esta película. Por este motivo un sector del activismo portuario está discutiendo organizar el boicot a la asamblea de Loza por fraudulenta y gansteril. La Comisión de Lucha debe tomar esta tarea en sus manos, y convocar ella misma a una verdadera asamblea general del puerto que vote un plan de lucha por un jornal de ₳ 50, la garantía normal de 24 jornales (sin requerimiento alguno de jornadas trabajadas), el control obrero sobre las condiciones de trabajo, seguridad e higiene y contra las privatizaciones.
Con el puerto de pie y movilizado, Loza no volverá jamás.