Sindicales

30/10/2003|823

No a la intervención de las seccionales

Después de la derrota que sufriera a manos de la lista Azul y Verde en la Seccional Capital y Agencias de la Aedgi, el burócrata Martínez ha intentado evitar por todos los medios perder el control de la Mesa Nacional y de la Obra Social. Como el descomunal fraude en las elecciones le resultó insuficiente, se dedicó a la operación de impugnar todo lo actuado ante el Ministerio de Trabajo para terminar acusando al propio Ministerio ante la Justicia por ¡inmiscuirse en su contra! en el proceso electoral, y para evitar de este modo la inevitable proclamación de la lista Azul y Verde como ganadora.


El objetivo de Martínez es ganar tiempo para llegar a la convocatoria del Consejo Superior del 14 de noviembre, que debe elegir la próxima Mesa Nacional, sin la presencia de los consejeros de la Seccional Capital. Acaba de hacer una nueva convocatoria del Consejo, previa al 14/11, esta vez, el 3/11, con el objeto, además, de intervenir las seccionales de Capital, Neuquén y Comodoro Rivadavia.


Martínez está dispuesto a paralizar toda la acción gremial, cuando se plantea la reestructuración del organismo y las discusiones convencionales, con tal de salvar la ropa y preservar su control sobre la Obra Social en la que ingresan 20 millones de pesos por año.


Martínez ha usado todos los dispositivos del Estado para evitar su derrota y su desplazamiento de la conducción a manos de una lista de luchadores. Pero su caída parece inevitable por la determinación de los compañeros, que en muchos lugares de trabajo, tanto del interior como en Capital, no están dispuestos a tolerar una dictadura sindical para que Martínez perpetúe sus negocios espurios.


A través de la más amplia participación de los compañeros podremos garantizar que todas estas maniobras caigan en saco roto, que se proclame definitivamente el triunfo de la Azul y Verde, que se conforme una nueva Mesa Nacional que integre a todos los que están dispuestos a dar la batalla por los genuinos intereses de los afiliados, y por el saneamiento de una obra social hoy en bancarrota y que no da las prestaciones por las cuales aportamos mensualmente.