En estos días se conoció la noticia de 400 suspensiones (casi la totalidad del plantel obrero)  en la planta de ensamble de motos y bicicletas Motomel, en la localidad de La Emilia, próxima a San Nicolás. La suspensión abarca las dos últimas semanas de agosto, de las cuales los trabajadores cobrarían una sola de ellas. Esto se suma a 130 despidos de mayo, vacaciones pendientes en junio y vacaciones obligatorias al total de los trabajadores en julio. Según marca El Norte (4/8), la suspensión es fruto de un acuerdo entre la Unión Obrera Metalúrgica y la empresa, debido a la baja del consumo y por lo tanto, de meses y meses de caída de ventas, que tendría como consecuencia un sobre stock. En palabras del Secretario de Prensa de la UOM local, Fabián Gigli, “esperamos que en septiembre la situación del mercado mejore”. Como vemos, quienes deben defender a los trabajadores metalúrgicos no sólo no leen los diarios, que aseguran que la economía no va a mejorar, sino que hablan y actúan sin problemas como verdaderos representantes de la empresa. A tal punto es así que presentaron esta situación ante la asamblea de trabajadores como algo inevitable, frente a lo que sería un panorama aún peor.

En oposición a esta política derrotista, planteamos la necesidad de la apertura de los libros de la empresa para verificar su verdadera situación económica y una asamblea general para discutir un plan de acción que frene la ofensiva de la empresa.

Abajo el ajuste de Macri y los gobernadores. No al pacto con el FMI.