Sindicales

9/10/2008|1058

No a las suspensiones y despidos

Por el reparto de las horas de trabajo

A la velocidad de un rayo, aparecen profusas noticias de suspensiones en la industria automotriz, que se traducirían en 1.100 despidos en la industria autopartista en los próximos meses (Cronista.com, 3/10).

Mercedes Benz anunció el despido de 500 contratados para fin de año; GM, otros 250 para la misma fecha; Ford, la reducción de producción para comienzos de 2009, y Mercedes que volvería a dos turnos.

Al mismo tiempo, Afac, la patronal autopartista, dice que “no se debe perder de vista la alarmante pérdida de competitividad que el sector viene registrando por causas de índole preexistentes e independientes de la crisis global” y más adelante, que sin duda la depreciación cambiaria de Brasil “impactará en las decisiones futuras de fabricación de nuevos modelos y localizaciones de piezas” (ídem).

Es decir que estamos frente a una fuerte campaña política para devaluar el peso ante la devaluación del real que saltó de 1,45 a 2,20 por cada dólar.

La burocracia sindical de Rodríguez se ha limitado a tomar nota de la andanada impresionante de amenazas patronales. No es el único caso. Etcheum, del sindicato de la carne, denunció que una de las cámaras amenazó con 5.000 suspensiones, pero se nota que lo mandaron las patronales del sector porque se mete en la interna del gobierno para denunciar la “alianza estratégica de Moreno y el Oncca (organismo de control comercial agropecuario)” que impide “normalizar la cadena comercial”; o sea que aboga por la libertad de precios y de exportación.

En la construcción, la cosa es mucho peor: “Según datos que maneja la Uocra, en los últimos meses fueron suspendidos unos 60 mil obreros en todo el país, un 17% del total de los obreros de la construcción”, y no se conoce una sola convocatoria, una sola manifestación del sindicato, ante semejante golpe a los trabajadores. “La casi totalidad de esas supensiones corresponden a la paralización de la obra pública” (Clarín, 7/10), de manera que hay una responsabilidad conjunta del gobierno y de sus socios de la patria contratista.

Las patronales ajustan contra los trabajadores mientras fugan sus capitales. Tenemos que oponernos a toda suspensión o despido, reclamando el reparto de las horas de trabajo con igual salario.