La patronal de Radio Nacional Buenos Aires acaba de borrar con el codo lo que escribió con la mano y anunció que despedirá a un conjunto de trabajadores contratados, en un número que aún no precisó. La novedad llegó en la tarde del 18 de enero, cuando a algunos compañeros se les notificó que a partir del 31 de enero dejarían de formar parte de la emisora, contrariando los compromisos asumidos de renovación de esos contratos, que incluso incluían cláusulas de aumento salarial, según era la promesa. El propio sub director de la radio, Pablo Ciarlero, confirmó la noticia cuando les notificó a representantes sindicales que “algunos contratos artísticos no se renovarán”, el eufemismo para indicar que se venían los despidos.

No es un caso aislado sino una ofensiva generalizada dentro de la radio, como lo atestiguan los despidos en Radio Nacional Santa Fe y otros producidos en emisoras del interior. El plan, además, viene de lejos: en distintos momentos del año pasado la patronal intentó avanzar contra el sector de contratados, el más vulnerable que dejó la herencia de precarización kirchnerista, pero la resistencia de los compañeros le puso un límite. Se debe recordar, incluso, que los trabajadores de Radio Nacional han llevado adelante en el último período distintas acciones por el pase a planta de los contratados, que se cerraron provisionalmente con el compromiso de renovación de  todos los contratados. La ofensiva de la patronal es de manual: comienza con los contratados, sin cuyo concurso la dinámica de la radio se resiente, para luego avanzar contra las condiciones de trabajo de los trabajadores de planta, a quienes hará recaer todo el peso de la ausencia de los contratados despedidos. La Naranja de Prensa repudia los despidos en Radio Nacional y llama a los trabajadores de los medios y en general, a solidarizarse con los compañeros y a que se realicen asambleas en todas las emisoras de Radio Nacional para deliberar democráticamente sobre el curso a seguir para enfrentar esta ofensiva.