Sindicales

12/2/2015|1350

No a los despidos y suspensiones

Necesitamos una asamblea general


Siderca ha lanzado un ataque contra el derecho más elemental de los trabajadores: trabajar, es decir producir riqueza para el patrón, a cambio de un sueldo. Más de un centenar de trabajadores ha sufrido el despido. No se trata, como pretende disfrazar la empresa, de una mera rescisión de contratos. Siderca incurre en un fraude laboral al tomar como contratados a compañeros que figuran en el organigrama de la empresa y trabajan en forma continua en la actividad siderúrgica, es decir no en “trabajos eventuales” como podría ser la construcción de una oficina.


 


Como respuesta parcial, turnos de la acería pararon una hora en defensa de un compañero y la empresa los suspendió en represalia, argumentando falazmente “riesgos de seguridad”.


 


Se trata de una sanción al derecho de huelga que los trabajadores ejercieron en forma ejemplar y, por lo tanto, la suspensión es una acción antisindical y una práctica desleal. Siderca quiere deshacerse de un 70 por ciento de los trabajadores que figuran como “contratados”, reducir turnos en sectores clave y suspender a una masa de obreros pagando un 30 por ciento menos del sueldo, además de presionar con jubilaciones forzosas y con el llamado retiro voluntario de centenares de compañeros (lo que en realidad es un despido encubierto).


 


 


Es necesario convocar a una asamblea general de planta


 


El secretario general de la UOM, Furlán, en conferencia de prensa habló de esta situación, pero el eje que puso fue evitar cualquier lucha para no afectar al gobierno. ¡Denunció a la lucha como funcional a la empresa!


 


Furlán acusa a la “crisis global” que no es otra cosa que la crisis capitalista, que persiste desde hace siete años y nos lleva a la barbarie de la desocupación y de la flexibilidad a los que queden. Esto exige medidas anticapitalistas, para que ellos paguen la crisis que generaron acumulando ganancias como nunca en la historia. Furlán acusa a Rocca de conspirar, pero apela a la “bondad” de la empresa; pero un vampiro siempre quiere más sangre para chupar.


 


La preocupación del secretario general es que los trabajadores se movilicen y que confíen en las negociaciones de la Comisión Directiva con el gobierno. Ese método no sirvió para evitar que queden afuera los contratados ni va a evitar que la empresa avance en sus planes. ¿Hay que aguantar 400 u 800 despidos para que el resto se quede en planta, flexibilizado? Ya están mandando a efectivos a hacer tareas de contratados despedidos. Quieren la multiplicidad de tareas; es decir, flexibilizar.


 


Lo que se debe hacer es preparar a los trabajadores para una gran lucha en defensa de los puestos de trabajo, convocando al congreso de delegados y a una asamblea general de planta para decidir un rumbo.


 


Y desplegar toda la fuerza de nuestra clase en una acción unida de todos los gremios y las centrales en defensa del trabajo y del salario. Toda la población trabajadora nos apoyará.


 


• Levantamiento de la suspensión en Acería, pago de la jornada perdida.


 


• Ningún despido ni suspensión: que se repartan las horas de trabajo entre todos, sin disminuir el salario que necesitamos para vivir.


 


• Que se abran los libros de la empresa, para constatar las ganancias acumuladas.


 


• Que las CGT y los sindicatos de Zárate y Campana convoquen a un congreso de delegados de base de todos los gremios para decidir un plan de lucha común, comenzando con una gran movilización.


Esa es la manera de pararle la mano a los Rocca y a los explotadores.