Minutos antes del paro convocado para el martes 13 de junio, la UTA levantó la huelga nacional del transporte en la zona AMBA, la que aportaba el mayor peso y daba carácter nacional a la medida anunciada. La coartada armada con el Ministerio de Transporte, en este caso, fue una disposición ministerial que otorgaba el aumento (en sucesivas cuotas) solo en la zona AMBA y dejaba colgados a los choferes del interior. Esa resolución ministerial ha sido expresamente desconocida por las patronales en el acta paritaria de la misma fecha: “En el supuesto en que la autoridad estatal resolviera esta reunión paritaria a través del dictado de un ilegítimo acto administrativo, tal cual lo sugiriera en la presente audiencia, intentando suplir el consentimiento de los sectores representados, las cámaras empresarias ponen de manifiesto que no la acatarán”.

Es decir, no hay ningún acuerdo paritario, el cual fue suplido por una maniobra del elenco del ministro Massa que maneja Transporte para que se levante el paro, avalada por la burocracia sindical sin la menor certidumbre de que el aumento salarial se haga efectivo. Prueba de ello es que continuarán las negociaciones el próximo jueves 16. El levantamiento del paro es el aporte de la dirección del gremio para darle aire y tiempo a las patronales y al gobierno.

Esta es la lectura correcta

De esta forma, la burocracia sindical no defiende el salario sino que entra en los enjuagues de la patronal con el gobierno, que serán a costa de resignar el salario. Es incapaz de sostener una posición de defensa de los intereses de los choferes. Ni que hablar de la situación de los choferes del interior, sobre los que directamente no existe el menor compromiso. El Ministerio de Trabajo extendió la conciliación obligatoria en el interior, una división de tareas contra el reclamo de los choferes.

La burocracia de Fernández se apresuró a difundir las escalas salariales de los próximos meses. Están vendiendo humo. Hacia adelante, lo que finalmente suceda con el aumento salarial dependerá del curso de las negociaciones, en un cuadro de mayor crisis y pujas entre las patronales y el gobierno, con la UTA comprometida con ambos bandos (que están por el ajuste contra el salario).

Rechacemos esta maniobra contra el salario. Defendamos un salario de $400 mil de bolsillo con cláusula de ajuste por inflación, que garantice un aumento del 10% real al finalizar el plazo de vigencia de la paritaria. Equiparación de choferes y técnica.

Este nuevo capítulo de las sistemáticas agachadas de la dirección gremial debe conducir a la conclusión de que necesitamos recuperar los cuerpos de delegados expulsando a la burocracia sindical y fortalecer una agrupación clasista en el gremio independiente del gobierno, las patronales y ambas fracciones de la burocracia sindical.

Bustinduy y la Lista Azul llamaron a carnerear la huelga

También hay que tomar nota de la actitud de Palacios y Bustinduy, que llamaron abiertamente a carnerear la huelga. Por caso, el comunicado de la seccional Mar de Plata, conducida por la Azul dice: “Nuestra medida de acción va a consistir en trabajar”. Esto, mientras “reclaman” la renuncia de Fernández. Fundamentan esta posición, claro está, en sus diferencias con la dirección nacional. Está claro también que no se proponen enfrentar a Fernández y eventualmente derrotar a la burocracia sindical apoyados en el impulso a la lucha, sino que solo se enfrascan en una disputa de aparatos apoyados en el monopolio Dotado. Esta postura confirma una vez más que la “oposición” es incapaz de encarnar un reclamo salarial consecuente. Son carneros incurables.