Sindicales
9/3/2006|936
Nubes de tormenta en la UOM Morón
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La situación de la UOM es francamente explosiva.
A punto de iniciarse la nueva paritaria salarial se reavivan los resquemores por los misérrimos ajustes -absorbidos en gran medida de otros ítems- pactados en la negociación anterior.
Ese acuerdo fue particularmente resistido en las plantas siderúrgicas: en San Nicolás el primer plebiscito arrojó un rechazo mayoritario; en La Matanza la moción de la directiva sacó sólo tres votos en la asamblea general; en Villa Constitución, Piccinini en persona defendió el acta argumentando que peligraba el programa de inversiones de la empresa; en Siderar (Haedo) se desarrolló un prolongado plan de paros y movilizaciones. Burócratas y patrones debieron echar mano a todo tipo de aprietes y maniobras para imponer el acuerdo a las bases.
Ese estado de ánimo se expresó en el plenario de delegados de la seccional Morón, realizado días atrás con el solo fin de informar sobre la apertura de un curso de capacitación, pero que devino en un verdadero debate sobre los problemas que afrontamos.
Una tras otra, las numerosas intervenciones plantearon la necesidad de encarar una lucha seria por el salario, contra el robo que constituye el impuesto a las ganancias, y contra la política ‘laboral’ del gobierno; y resaltaron la parálisis de la conducción de la UOM. La solicitada de apoyo a Kirchner, publicada junto a otros gremios, y el voto en Diputados del ‘Barba’ Gutiérrez a favor de la prórroga del mínimo no imponible, fueron también blanco de las críticas.
El lugar de los sindicatos, hoy, debe estar en la calle, tal como se planteó en el plenario; defendiendo el salario y luchando por recuperar las conquistas arrebatadas en el pasado y no junto al gobierno que encabeza la mayor ofensiva contra el ingreso obrero en muchas décadas.
Si fuera cierto que “todavía no nos da para salir con todo” como se “atajó” la directiva, sería por exclusiva responsabilidad de la propia burocracia. A pesar de la inacción de las cúpulas, los metalúrgicos, al menos en las empresas más organizadas, se salen de la vaina por encarar una verdadera lucha salarial.
Un congreso de delegados a realizarse en los primeros días de marzo deberá votar, tal como se resolvió en este plenario, una declaración que incluya tres cuestiones fundamentales: la eliminación del mínimo no imponible, un básico de 2.000 pesos (igual al costo de la canasta familiar) y el repudio al apoyo del secretariado de la UOM a la política oficial. Y como también quedó dicho, las medidas que se dispongan deben ejecutarse ya, no en mayo cuando se cierre la negociación.