Sindicales

19/2/2019

Nueva movilización por Editorial Atlántida

Foto: Federico Matteucci

Una importante movilización acompañó este martes a los delegados de los trabajadores de Editorial Atlántida en lucha contra despidos masivos. Los representantes de los trabajadores, junto con directivos del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), participaron de una audiencia en la que enfrentaron a los abogados de la patronal en la Secretaría de Trabajo.


La empresa ratificó su pretensión de provocar un ajuste salvaje, que incluye unos 120 despidos, equivalentes a la mitad del plantel de periodistas y trabajadores de prensa, además de cambios negativos en las condiciones laborales para los pocos que quedarían si este plan nefasto se aplica.


La empresa planteó esta perspectiva en un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC). Los PPC se han convertido en una herramienta para imponer condiciones a la baja a los trabajadores. Incluso, los propios funcionarios de la Secretaría de Trabajo admiten que ahora hay muchos más que antes. Eso es cierto en la medida en que ante la crisis económica más general, las patronales buscan descargarla sobre las espaldas de los trabajadores y sus condiciones de vida. Pero también es cierto que antes el gobierno no habilitaba los PPC a fin de ocultar la magnitud de la crisis.


La empresa usa la excusa del cambio tecnológico para justificar este ataque. Se trata de una coartada que es compartida por la propia Secretaría de Trabajo, para la cual la aparición de nuevas plataformas de difusión de contenidos implica el despido de periodistas formados y con años de experiencia. Como si estos trabajadores de prensa estuvieran incapacitados para generar contenidos en los nuevos formatos.


En realidad, las empresas usan el cambio tecnológico para modificar las condiciones de trabajo existentes, regidas por convenios colectivos, rebajándolas y precarizándolas y con salarios a la baja. Las autoridades de Trabajo otorgan el permiso legal para que esto suceda. 


Esto se ve claramente en el caso de Atlántida, que no invierte un peso en la capacitación de su personal de cara a su supuesto plan de estabilización, basado en la discontinuidad de las publicaciones en papel y el incremento de la presencia digital.


Además, crece la sospecha de que detrás de este ataque hay un negocio inmobiliario con el histórico edificio de la calle Azopardo.


Los trabajadores de Editorial Atlántida realizarán asambleas para discutir cómo continuar la pelea contra los despidos.