La patronal de Brukman ha vuelto a la carga para obtener una orden de desalojo de la fábrica.

Los vaciadores patronales califican de usurpadores a los trabajadores que han defendido la fuente y los puestos de trabajo.

El juez Velásquez, que caratula al conflicto como gremial, volvió a rechazar el pedido de desalojo. El proceso fue reabierto por la fiscalía, lo que demuestra que los patrones de Brukman están haciendo “lobby” en las altas esferas.

La patronal y el gobierno (fiscalía) pretenden “recuperar” la fábrica ocupada y puesta en marcha por los trabajadores. En el último allanamiento, la patronal robó los moldes de producción y produjo destrozos.

Es necesario retomar la movilización política para que el Estado expropie la empresa y la entregue a los trabajadores. Esto permitiría un plan de producción en escala que permita tomar nuevos trabajadores.