Sindicales

16/8/2007|1005

Nuevo triunfo y una nueva conciencia

Círculo de trabajadores del Casino de Puerto Madero


El 31 de julio, los compañeros del sector de Juegos del Casino de Puerto Madero pudimos hacer una nueva experiencia en la lucha por la defensa de los puestos de trabajo. Superamos nuevamente las barreras divisorias impuestas por las distintas burocracias sindicales, que como siempre son utilizadas por las patronales, para imponer sus intereses de explotación y sometimiento.


El lunes 30 la patronal apretó a dos compañeras de la empresa “Sobreaguas” (empresa de servicios gastronómicos que se desempeña en los K-sinos flotantes y que encuentra a sus trabajadores afiliados al sindicato marítimo Somu), para que firmen su renuncia. Las compañeras no acceden.


Algunas voces que provenían de la burocracia del Somu anunciaban la existencia de un listado de cerca de treinta despidos. Los compañeros, cansados de esta situación, se convocan en Asamblea. El martes 31, la patronal se despacha con tres nuevos despidos.


Algunos trabajadores y representantes del Cuerpo de Delegados del Casino nos acercamos a la asamblea de Sobreaguas. Ya habíamos tenido contacto con los compañeros para debatir un plan de acción que pudiera ser discutido y resuelto por todos los trabajadores del sector.


El plan, que se votó unánimemente, consistió en colocar un petitorio a la patronal, exigiendo la reincorporación inmediata de los compañeros y la desactivación inmediata de cualquier tipo de listado de despidos, que la misma tuviera trazado.


Mientras, en estado de Asamblea permanente, sin toma efectiva de los puestos de trabajo, se esperaba la negociación con la patronal. Según la evolución de esas tratativas, se avanzaría en la declaración de una huelga.


Lo más interesante, como paso hacia la unidad de los trabajadores, se expresó cuando en nuestro sector de juegos, encuadrados en otro sindicato burocrático (Aleara), los compañeros, alertados ya de los despidos, votamos en una masiva asamblea declarar el estado de “alerta permanente y solidaridad incondicional” para con los reclamos de los compañeros. Exigimos la reincorporación inmediata de los compañeros despedidos y un plan de lucha para conseguir la reincorporación de estos cinco puestos de trabajo.


Tres horas más tarde, entre gritos de algarabía y al canto de “unidad de los trabajadores”, los cinco compañeros estaban reincorporados y la lista de despedidos desactivada.


La burocracia del Somu, acorralada, no tuvo otra alternativa que sentarse a firmar el acta.


En este caso, que para nosotros es un fenómeno que se dio por primera vez, no es más que la clara evidencia material de que el verdadero poder radica en un solo lugar: los trabajadores.


Los mismos trabajadores que dimos una dura pelea por recuperar luego de 40 días en la calle nuestros puestos de trabajo, hoy, más allá de las pérfidas burocracias sindicales, unificamos nuestra lucha con los trabajadores de Sobreaguas, para que ningún trabajador del K-sino, sea cual fuere su encuadramiento sindical, quede en la calle.


Los patrones kirchneristas tienen bien en claro que los trabajadores no vamos a permitir ningún atropello a nuestros puestos de trabajo y a nuestros derechos.


La lucha que se sigue desarrollando en el K-sino, no es más que la preparación de todos los compañeros para seguir avanzando en la recuperación de nuestras herramientas de organización y lucha para ponerlas al servicio del conjunto de los trabajadores.