Sindicales
19/4/2018|1498
Obra Peatonal Alsina, una importante batalla política
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Los trabajadores de la empresa Carcereny Construcciones, afiliados al Sitraic, iniciaron un conflicto junto a la dirección del sindicato, el 26 de marzo. Unos días antes, un trabajador cayó en un pozo con el martillo neumático que estaba utilizando; la obra en la vía pública se desarrollaba sin elementos de seguridad, sin técnico de seguridad e higiene, con recibos de sueldo mal confeccionados, con trabajadores en negro y sin ropa de trabajo.
Hasta aquí, un conflicto más, que el Sitraic enfrenta permanentemente y que rigurosamente ataca con el método de la democracia sindical, de asamblea por obra, siguiendo un procedimiento: denuncia, constatación de conflicto y convocatoria a ambas partes para la resolución del mismo, evitando de este modo que se utilice contra los trabajadores la figura de la ilegalidad del conflicto que, dada la legislación que rige las relaciones laborales en la industria de la construcción, le permite al empresario despedir sin más a los trabajadores, ante la actitud cómplice de la Uocra y los empresarios.
El conflicto se politizó
Un cúmulo de intereses fueron confluyendo en este conflicto: intervinieron en el mismo la Cámara de la Construcción local, la Cámara de Comercio, el municipio, la Uocra y algunos funcionarios del Ministerio de Trabajo de la provincia.
El presidente de la Cámara de Comercio apareció en todos los medios periodísticos denunciando al Sitraic como mafioso y, lo que es peor, declarando que la obra estaba tomada, hecho que tenía la intención de judicializar el conflicto. El titular de la empresa se hizo presente en la obra, amenazando a los trabajadores para que se reafiliaran a la Uocra o, de lo contrario, serían despedidos en su totalidad. Tras esta amenaza se presentó un dirigente de Uocra, quien fue repudiado por los trabajadores y debió retirarse.
En asamblea, los trabajadores, firmes en su reclamo, efectuaron la denuncia penal por las amenazas anteriormente mencionadas, dejaron muy en claro que no aceptarían la instauración del “miedo” en todas las obras de Bahía Blanca y mantuvieron firme el paro.
El 12 de abril, en una audiencia en el Ministerio de Trabajo, la empresa presentó un escrito donde se negaba a pagar los días caídos, la quincena adeudada y a reincorporar a los tres trabajadores despedidos en el transcurso de la medida; la asamblea de obra decidió la continuidad del paro hasta el viernes 13. Pero la empresa cambió su posición y se cerró el acta con la aceptación de todas las demandas exigidas, quedando sólo la reincorporación de los tres trabajadores como tema a resolver durante la semana entrante.
Los trabajadores y el Sitraic ganamos el conflicto -lo que deja una gran enseñanza-, una pelea de fondo con el poder de las cámaras empresariales, la burocracia y el Estado.
El conflicto contó con la solidaridad de los compañeros del Sindicato Aceitero, que iban a iniciar la colecta del fondo de huelga y apoyaron incondicionalmente la medida de fuerza. Otras organizaciones sindicales que asumieron igual postura fueron la CTA, el Sindicato de Cadetes, el Suteba (quien permitió hablar de su conflicto al Sitraic en su asamblea general) y también apoyaron los Docentes Universitarios.
Los trabajadores de la construcción estamos ya en una etapa de discusión profunda de los pasos a seguir frente a la precarización, el trabajo no registrado, la tercerización, las muertes evitables, las paritarias a la baja, y esto lo haremos con el conjunto de los trabajadores.
La asamblea extraordinaria del Sitraic, con la presencia de otros gremios, nos dio un mandato claro. Trabajar en Bahía Blanca y en todo el país por plenarios con todos los sindicatos en lucha para construir la organización obrera que nos permita avanzar contra la burocracia, con la premisa de terminar con esa lacra, y detener el ataque del gobierno a los salarios y a las condiciones de trabajo, así como la reforma laboral.