Sindicales

27/3/2003|794

Obrera e indómita

Me tocó ser testigo de una situación que nos conmovió a todos los que estábamos presentes, y procuré que mis fotos testimoniaran aquel extraordinario hecho protagonizado por las 50 mujeres y hombres del Polo Obrero de Sasetru Obrera, quienes sentados formaban un cuadrado al pie de los portones de la fábrica. Allí, rodeados por centenares de miembros de la infantería “bonaerense” armados hasta los dientes, los desafiaban gritándoles en la cara: “Soy piquetero señor…”, lanzaban a los cuatro vientos contra la carnicería imperialista en Irak y “fuera Bush y el Cabezón”.


Camarógrafos y reporteros registraban asombrados en vivo estas escenas, y hasta putearon a los canas cuando a las 18:40 horas se llevaron a Pablo Heller y luego golpearon cobardemente a ese heroico puñado de compañeros que con su extraordinaria conducta escribieron su propia página en la historia de las grandes gestas obreras.


La aparición de un helicóptero de la policía en el escenario donde se iniciaba la represión, le dio un carácter tragicómico a la desmesura de los medios utilizados para agredir a los trabajadores. El propio comisario a cargo de las fuerzas reconoció que participaron ¡785 miembros de la infantería y la montada!


Pocas veces quedó tan al desnudo ante los ojos – imagino atónitos – de todo un país que lo miraba por TV, el carácter esencialmente antiobrero del aparato de la democracia burguesa (“democaca”, como dice un compañero mío) para proteger y defender la propiedad burguesa, incluso, en este caso, de una fábrica abandonada. Pocas veces una imagen pudo ser más explícita en mostrar la irrevocable decisión de una clase social encarnada en este puñado de valientes trabajadores, dispuesta a poner en pie una nación arruinada por los dueños de las Sasetru y sus jueces y represores.