Sindicales

27/6/2018

Obreros del ingenio San Isidro marcharon por la expropiación

Caravana de 60 kilómetros hasta la Casa de Gobierno.

Foto: @SomosSalta

Una caravana de más de cien vehículos partió desde Campo Santo, este miércoles 27, rumbo a la ciudad de Salta. Los convocantes, obreros del ingenio San Isidro, recorrieron 60 kilómetros para obtener una respuesta del gobierno de Urtubey, quien durante 5 meses de conflicto ha rechazado cualquier intervención estatal en pos de garantizar las 2.000 fuentes laborales destruidas.


La expropiación, medida propuesta en soledad al principio por el PO, fue ganando popularidad con el correr de los meses en vistas de que el Grupo Gloria (dueña del San Isidro) no iba a reabrir ni vender su planta. Por el contrario, Urtubey alentó esta última posibilidad y lo sigue haciendo: a pesar de que ya estamos en época de zafra y los compradores no aparecen, el gobierno descomprimió la movilización alimentando la expectativa en una compra que se cerraría supuestamente el 29 de este mes. También afirmó que los nuevos dueños no aceptarían tantos empleados y que muchos deberían reorganizarse en cooperativas de desmalezado y otras labores municipales -una mentira de corto vuelo en épocas de ajustes y despidos en el Estado. 


Al tiempo que busca disolver la presión, Urtubey culpa a los trabajadores y a su “intransigencia” por la partida del grupo Gloria. Pero los propios ex gerentes de la empresa afirmaron en una audiencia convocada por nuestra bancada en la Legislatura que la empresa había decidido bajar el volumen de producción en 2017 y que por esa decisión empresaria se produjeron pérdidas en ese año. Además, los voceros de la multinacional alegan que cerraron por el alto precio de los combustibles, las tasas de interés y la nula inversión en infraestructura. Es entonces la política de Macri y Urtubey la que lleva a un parate de toda la economía, no los trabajadores. El reclamo de la expropiación es también una exigencia al gobierno para que se haga cargo de la destrucción económica que ha provocado. 




Con esta perspectiva hemos intervenido durante el conflicto, presentando hace tres meses nuestra ley de expropiación, agitando todas las semanas en el pueblo la medida y llamando a la organización para imponerla. De entrada nuestro concepto fue que solo habría expropiación con un apoyo decisivo de la población y con el control de las instalaciones por los obreros.


La dirección sindical que apoyó la presentación de la ley de expropiación estuvo, sin embargo, un largo tiempo a la espera de la venta. Mientras tanto, la empresa impuso el pago de la mitad de las indemnizaciones y una parte de los obreros emigraron a otros trabajos. Hace 20 días llegó la ocupación de la planta que se mantuvo durante diez jornadas con la solidaridad de los vecinos. Bajo la presión represiva y judicial y con una nueva promesa de una venta inminente y el inicio de la zafra, los obreros abandonaron la planta. Hoy luego de la reunión con el ministro de Gobierno se otorgaron otras 72 horas para que la venta se concrete…



Se ha acabado el tiempo. La única salida es la lucha decidida y sin mediación alguna por la expropiación, para poner el ingenio ya mismo a producir bajo control de sus trabajadores y en beneficio de todo el pueblo de Güemes. La fuerza expresada en la caravana de hoy demuestra de que si se sigue este rumbo todavía se esta a tiempo de triunfar.



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