En el Ferrocarril Sarmiento se está desarrollando una ofensiva gubernamental-burocrática contra el cuerpo de delegados, el activismo y los trabajadores.

El ministro de Transporte e Interior, Randazzo, quiere hacer su campaña política presidencial mostrándose duro contra los ferroviarios. Lanzó un operativo de amedrentamiento, constituyendo una patota de “seguridad” que, uniformados, se pasean por las formaciones. Estos patovicas constituyen un cuerpo de elite a las órdenes del ministro. Una creación ilegal -al margen del convenio y los reglamentos ferroviarios- cuyo principal objetivo es el disciplinamiento de los trabajadores del riel. En eso, la ‘inversión' de Randazzo no escatima fondos: camaritas en todas partes, en las locomotoras, en los talleres, etc. (sólo faltan en los baños). Una verdadera 'revolución' del botoneo antiobrero y antisindical.

No casualmente, Randazzo montó una causa de desafuero y penal contra los delegados en oportunidad del reciente paro general usando las camaritas. Al mismo tiempo, viene provocando conflictos en forma artificial, no respeta la Bolsa de Trabajo y está haciendo entrar al Sarmiento a amigos de la burocracia sindical. Por otro lado, niega los reclamos por el ticket (ganado en el Belgrano) y por el resarcimiento (que sí se aplicó en otras líneas).

Contra el vaciamiento de Emfer y Tatsa

Sobre la “revolución ferroviaria” de la que se jacta, se trata de la compra -y el endeudamiento con el capital chino- de una cantidad de vagones. Mientras tanto, avanza el vaciamiento de los talleres nacionales, como lo vienen denunciando los trabajadores de Emfer y Tatsa frente al vaciamiento de los Cirigliano. El PO-Frente de Trabajadores presentó un proyecto de ley para que estas empresas sean expropiadas y puestas en funcionamiento bajo gestión de sus trabajadores, para dar impulso al desarrollo de esta industria.

Por otra parte, el maquillaje de los vagones nuevos no ha sido acompañado por una modernización de los sistemas de cambios ni de los de señales, lo que hace altamente precarias la seguridad del Sarmiento.

Elecciones

En estas condiciones la burocracia de la Verde de Sasia ha presentado lista para las elecciones del cuerpo de delegados del 11 de noviembre, removiendo a algunos de sus viejos y quemados cuadros. Una 'renovación' gatopardista, alentada por Randazzo. La Verde intenta levantar cabeza: en el reciente paro nacional alentó el carnereaje en diferentes sectores (boleterías y otras), contra la adhesión votada en asamblea general, mientras la administración K promueve nuevas jefaturas, con cooptaciones de los que carnerean y se abren de la vida sindical.

El proceso de desafuero al cuerpo de delegados no tiene sustento para progresar, pero es un intento de apartar a los ferroviarios de esta dirección.

Es por esto que los compañeros de la Lista Gris le hicieron a Sobrero la propuesta de conformar un frente único y una lista unitaria con la Bordó. Días más tarde, Sobrero respondió negativamente a este planteo. Habla de la unidad en todas partes, incluso con los enemigos del Frente de Izquierda, menos en el Sarmiento.

Es un error. La ofensiva gubernamental-burocrática se irá profundizando. Hace falta unir a los trabajadores con un fuerte funcionamiento sindical: asambleas seccionales y por sector, retomar un plan de acción contra la carestía, por los tickets y el resarcimiento, contra los ingresos digitados al ferrocarril, por una Bolsa de Trabajo controlada por una comisión obrera electa en asamblea.