Esta semana se viralizó por redes sociales un video donde se mostraba cómo se volcaban líquidos lixiviados sobre el arroyo Tapalqué sin ningún tipo de tratamiento. Esta contaminación proviene de parte de la empresa Malvinas, encargada de la recolección de residuos, su tratamiento y el mantenimiento del relleno sanitario en el distrito.

La respuesta de la empresa ante esta denuncia fue la acostumbrada: denunciar un intento de sabotaje responsabilizando a trabajadores “infieles” por el hecho, despidiendo a un trabajador y al encargado del sector. El colectivo de trabajadores respondió rápidamente de forma unida respaldando a su compañero y denunciando que estos vertidos se realizan desde hace por lo menos dos años bajo orden de la empresa y que nadie controla nada.

Este mediodía intervino el ministerio de trabajo ante la presión de los trabajadores exigiendo la reincorporación inmediata. Se movilizaron más se 60 compañeros y familiares en acompañamiento con los camiones de recolección y los carros de barrido cortando la calle. Es que Ramón, así se llama el trabajador despedido, es un compañero querido y respetado dentro de la empresa, el cual estuvo de licencia ya que lucha contra el cáncer. Mariela, su compañera de vida, manifestó para Prensa Obrera que “es una locura, cómo un trabajador como Ramón va a hacer una cosa así. El 14 de octubre volvió de su licencia. Está haciendo tratamiento médico contra el cáncer de tiroides, viaja casi todas las semanas a Capital para hacer su tratamiento. En qué cabeza cabe que se ponga ensuciar a la empresa en su estado de salud”.

Con la movilización, los trabajadores arrancaron la reincorporación preventiva del compañero, ya que se dictó la conciliación obligatoria y una nueva audiencia para el lunes 29 de noviembre. El ministerio descartó el conflicto individual y entendió que es colectivo. Esto fue tomado como una victoria parcial por todos los presentes en las puertas de la dependencia pública.

Párrafo aparte merece la burocracia de Camioneros, quienes hicieron una pasada fugaz por el ministerio acompañados por un par de matones recibiendo el abucheo de los trabajadores. Como es de tradición para la verde moyanista, están cuidando los intereses de la empresa dejando en banda a trabajadores despedidos. César Vicente, titular seccional del sindicato, manifestó que se trata de “un conflicto individual” y que “la empresa despidió a un trabajador con causal”. Trataron de impedir la movilización de hoy mediante aprietes y amenazando que está en juego que Malvinas se vaya de Olavarría y deje a los 114 trabajadores en la calle.

Claramente la responsabilidad de la contaminación es de la empresa, que trata de lavar culpas inútilmente despidiendo. También del municipio que no ha hecho los controles necesarios. El intendente viene de vetar una ordenanza para la creación de un ente que regule y supervise las empresas concesionarias. Falta definir que consecuencias tienen los volcados de estos vertidos en el arroyo, lo que se suma a la utilización de glifosato el año pasado en su rivera y al derrame de desechos por parte de empresas de chacinados, que también se ha denunciado.

Los trabajadores tienen 15 días para fortalecerse y seguir organizándose para arrancar la incorporación sin condiciones del compañero. Soportar las maniobras y aprietes que seguro vendrán de parte de la empresa y la burocracia. Cuentan con el apoyo de uno de sus delegados y la fuerza de la organización colectiva para arrancar todos sus reclamos y exigir la investigación y sanción a la empresa por este hecho, al igual que la responsabilidad del gobierno de Galli. ¡Fuerza compañeros! ¡Vamos por la reincorporación de Ramón!