Sindicales

6/1/2000|652

Ongaro al desnudo

La prolongada lucha de Interpack no estaba en los cálculos de nadie, y menos del ongarismo cuando convocó la asamblea para la elección de junta electoral y la votación de memoria y balance. Pero la huelga se metió con todo en la asamblea.


La moción levantada por Bravetti en nombre de las asambleas obreras de Interpack, más tarde apoyada por todos los oradores de la Naranja, no fue puesta a consideración por “salirse del orden del día”; lo mismo había ocurrido con la moción de quien esto escribe, referida a otorgar la presidencia honoraria a los mártires de Corrientes, asesinados por la Gendarmería en la madrugada de ese 17 de diciembre en el que sesionábamos.


Ongaro se sacó la careta, como se la sacó al instar a los “bombos”, como presidente de asamblea a tapar mi intervención. Proponíamos una salida contra la flexibilidad que se proyecta en las Pymes, contra los convenios por empresa que avanzan ya como un cáncer (extendiendo la jornada en IVISA, en Clarín, en La Nación, en Lorilleux, etc.), colocando el salario mínimo de 600 pesos (hoy 250) y las paritarias por un convenio único como una línea general de defensa ante toda la ofensiva patronal, al tiempo que la propuesta de ganar de inmediato la calle por Interpack, por Ciccone y por todos los talleres amenazados en sus puestos de trabajo.


Llamamos también a luchar por la formación de un polo clasista para acabar con la burocracia sindical (estaba presente Daher en el recinto) y colocar las organizaciones obreras como un instrumento de lucha por las reivindicaciones, reclamando un inmediato paro nacional por Corrientes y Tartagal en ese momento.


La Naranja Gráfica ha lanzado ya la formación de una lista de delegados y activistas para que próximas luchas como la de Interpack cuenten con un sindicato de la clase obrera y no de la patronal.


 


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Prensa Obrera se entrevistó con algunos de los protagonistas de la lucha de la empresa gráfica Interpack, en La Matanza, donde fueron despedidos seis trabajadores el 29 de noviembre. Desde esa fecha y hasta el 30 de diciembre ha perdurado la lucha. Estas son las conclusiones que ellos sacan.


 


“Desarrollar la unidad de las dos plantas es estratégico”


Miguel Bravetti, secretario general de la Comisión Interna de la Planta I de Interpack


PO: ¿Cómo terminó la huelga?


MB: Hoy tuvimos una asamblea de fábrica donde hicimos el siguiente balance: si bien no logramos cumplir con el objetivo central del conflicto, que era la reincorporación de nuestros compañeros despedidos, hemos logrado algunas cosas a destacar.


En primer lugar, logramos la reinstalación de uno de los dos despedidos de nuestra planta en otro taller, y una cláusula de estabilidad por cuatro meses por la cual la empresa debe abstenerse de producir nuevos despidos y de continuar con la rebaja salarial y el desvío de producción hacia otros talleres. Esta es una enorme conquista, porque el objetivo declarado de la patronal era continuar con más despidos poder quebrar la organización del taller, descabezar a la Interna y avanzar con sus planes de flexibilización y reducción del personal. Además, los compañeros se fueron con un monto indemnizatorio mucho mayor.


PO: ¿Cómo llegaron a un resultado así?


MB: Fueron 30 largos días de lucha. Apelamos a todos los recursos de lucha de la clase obrera, empezando por la huelga general de 3 días en ambas plantas; luego de dictada la conciliación obligatoria, mantuvimos dentro del taller intermitentemente el trabajo a reglamento e instalamos una carpa en la puerta con la presencia de los despedidos, que fue el verdadero símbolo de esta lucha. Ganamos la calle protagonizando movilizaciones callejeras con cortes de avenidas y quema de gomas, y dimos también una lucha muy importante al interior del gremio -y esto a lo mejor merece un párrafo aparte- en particular en la Asamblea General que fue convocada para discutir Memoria y Balance y elección de la Junta Electoral, adonde asistimos con un grupo importante de compañeros y donde libramos una batalla para que la asamblea votara una medida de solidaridad con nuestra huelga.


No logramos que se vote la moción, rechazada por la Comisión Directiva con argumentos absurdos (que alteraba el orden del día, por ejemplo, etc.), pero nosotros nos fuimos de la asamblea con la sensación de que fuimos los verdaderos protagonistas, porque incluso arrancamos aplausos de toda la base sana de esa asamblea.


Esto es básicamente lo que explica que hayamos llegado a este resultado, que para nosotros constituye, si bien no logramos la reincorporación de nuestros compañeros, un balance positivo que señala un nuevo escalón a partir del cual hay que continuar con el proceso de organización del taller.


PO: ¿Qué papel jugó el sindicato?


MB: El sindicato fue directamente un factor de división y de freno. Abiertamente anunciaron que no iban a tomar ninguna medida de apoyo o de solidaridad con nuestra lucha, porque sostenían que no estaban de acuerdo con nuestros métodos. Todavía no sabemos cuáles fueron los métodos de ellos, más que el de esperar que el conflicto termine “en una masacre”, para utilizar palabras de un directivo del sindicato.


PO: ¿Qué significó el conflicto de ustedes en La Matanza?


MB: Una de las características del conflicto fue que logró concitar la atención y la solidaridad activa de una parte muy importante del movimiento obrero de la zona. Se formó una comisión de solidaridad donde participaron distintos sindicatos, entre ellos ATE, Papeleros, TDO, comisiones internas y activistas de distintos gremios. Tengo que destacar también la participación activa y muy nutrida en las movilizaciones de los trabajadores desocupados. Esto me parece muy importante, porque esta unidad en el terreno práctico de la lucha, entre los trabajadores en actividad y los desocupados, para enfrentar los despidos y la desocupación, que es hoy el arma fundamental que tiene la patronal para imponer la flexibilidad, entiendo yo que es una conquista que vamos a impulsar y tratar de desarrollar.


PO: ¿Qué proyectan con los próximos pasos?


MB: Este conflicto fue concientemente preparado por la patronal para quebrar la organización del taller y también el proceso de unidad de ambas plantas, que se desarrolló y progresó durante todo el año y se puso de manifiesto particularmente en las dos o tres asambleas conjuntas que hicimos durante el año.


Entendemos que en este punto la patronal ha recibido una derrota estratégica.


El futuro es seguir trabajando en esta unidad para renovar la Comisión Interna en la elección de marzo y unificar las dos internas, que es el propósito que nosotros hemos proclamado desde que asumimos como Comisión Interna de la Planta I.


 


“Lo que se logró fue con nuestros métodos”


Perico Pérez, protagonista de la lucha y de la carpa, despedido de la Planta II de Interpack


PO: ¿Creés que hubo una estrategia independiente de este conflicto?


PP: En esta lucha hubo dos líneas opuestas. Una, tratar de quebrar algo que nunca antes se había podido quebrar, como los despidos; y la otra la de la resignación.


Yo pertenezco a la Planta II, y mi Comisión Interna está muy ligada al sindicato. Desde el primer momento me dijeron: “Mirá, andáte, acá no se puede hacer nada”.


Yo tenía muy buena relación con la gente de Planta I, trabajé cinco años ahí, conocía a esta Comisión Interna y sabía que es gente buena, luchadora.


Al principio, yo dudaba mucho de los métodos y de las cosas que se planteaban día a día. Sin embargo, las fuimos haciendo y lográbamos que cada vez que llevábamos adelante algunas de las medidas las cosas cambiaran y para mejor.


La otra línea seguía negociando… bueno, decían que negociaban pero no pasaba nada; las únicas cosas que cambiaban eran resultado de nuestros métodos.


PO: ¿Por qué creés que no se llegó al resultado esperado?


PP: Fue porque teníamos que pelear contra muchas cosas, era una pequeña organización que tenía que enfrentar a la empresa, al sindicato, al Estado, esto siendo 6 personas y 100 tipos que apoyaban atrás.


Creo que se hizo mucho y se podría haber hecho más. Igualmente, la línea nuestra fue la única que dio algún resultado. Lo poco que se logró en la planta fue con nuestros métodos y nuestra perseverancia.


La burocracia y la Comisión Interna de Planta II se enteraron de la resolución del conflicto por boca nuestra, cuando íbamos a firmar. No participaron de nada, ni siquiera la empresa los tenía en cuenta porque están tan desprestigiados que no sirven ni para convencer a la gente.


Y nosotros creo que abrimos una esperanza, creo que dejamos una puerta abierta para el futuro.


 


“La burocracia hizo lo imposible para tirarnos la moral al piso”


Carlos correa, con 22 años en el gremio gráfico, enfrentó a la burocracia de Ongaro desde la lista Nucleamiento Gráfico en 1992; luego se sumó a la Lista Naranja, en 1996. Uno de los compañeros más queridos y reconocidos por los trabajadores de la fábrica desde hace mucho tiempo. Despedido de Planta I.


PO: ¿Qué balance sacás de este conflicto, con sus claros y oscuros?


CC: El balance que saco yo es positivo. Esta lucha que llevamos adelante durante un mes, nunca lo había experimentado en otra fábrica. Con esta Comisión Interna que tenemos se logró pelear mucho. Llegamos a estas instancias y la verdad es que le agradezco mucho a esta Comisión Interna.


PO: ¿Te vas conforme con tus compañeros…?


CC: No me voy conforme, me voy muy conforme, por lo que demostraron este mes. Estuvieron con nosotros hasta lo último. Nosotros estábamos en la carpa y salían los compañeros de los turnos y se quedaban 3 ó 4 horas a hacernos compañía. Estoy muy conforme.


PO: En la lucha por expulsar a la burocracia del sindicato el 14 de abril, ¿vas a ser protagonista?


CC: Voy a ser uno de los primeros protagonistas, ya que estos burócratas no hicieron nada a nuestro favor en ningún momento, hicieron lo posible y lo imposible para tirarnos la moral al piso, en los plenarios que hubo, en la fábrica, no se acercaron en ningún momento. Yo estuve en la carpa durante 24 horas cada día y nunca se acercaron ni siquiera a preguntar qué necesitábamos, a traernos algo o a estar con nosotros. Por eso mismo voy a ser de los primeros protagonistas en esta próxima lucha, que son las elecciones del gremio.