Sindicales

29/4/2004|848

Ongaro, el peor de los verdugos patronales

Se largo la lucha por la reincorporación inmediata

A sólo 72 horas de finalizadas las elecciones, la dirección ongarista de la Obra Social anunció el despido de 13 trabajadores.


La medida constituye no sólo un acto de brutalidad y arbitrariedad propio del más deleznable de los patrones, sino que además viola normas legales y de humanidad elementales: entre los despedidos se cuenta un compañero sometido a diálisis, una compañera con un embarazo avanzado, y los dos ex candidatos de la Naranja que gozan de inmunidad gremial.


Uno de ellos es y será congresal por nuestra lista durante los próximos cuatro años. Así respeta la voluntad de los gráficos esta burocracia descompuesta.


Los despidos son la represalia al desafío que los trabajadores de la OSPG insinuaron contra el régimen despótico de la Sra. Fondevilla y Cia; apuntan a cortar de raíz todo impulso organizativo y reinstalar la atmósfera de terror que parcialmente logramos romper con la intervención de nuestros candidatos. Al mismo tiempo, son una inequívoca señal al conjunto de las patronales para que se lancen a la persecución del numeroso activismo antiburocrático que emergió durante la campaña.


Esta estratégica alianza del ongarismo con los empresarios se hizo sentir sobre nuestros candidatos y fiscales a lo largo de todo el proceso electoral.


El martes 20, un importante piquete de la Naranja y el Polo Obrero realizó un escrache en apoyo a los trabajadores en la puerta de la clínica, y el sábado un plenario decidió los próximos pasos: la instalación de una carpa en la entrada de la OSPG, la emisión de un bono para el fondo de lucha, una campaña de pronunciamientos sobre sindicatos, comisiones internas y organismos de Derechos Humanos y, sobre todo, el desarrollo de una vasta denuncia sobre el conjunto del gremio.


Somos conscientes de que encaramos una lucha difícil, pero la voluntad de los despedidos y la solidaridad militante de todo el arco combativo y del conjunto de los gráficos, incluyendo a los compañeros honestos que revistan en las filas de la Verde, podrán revertir la barbaridad cometida por esta conducción de Raimundo Ongaro, que ha sumado una infamia más a una larga lista que tendrá su reparación histórica con la expulsión de la burocracia de nuestro sindicato.