Otra enorme lucha, una nueva etapa

Mar del Plata


El último capítulo en la lucha contra el trabajo en negro, que concluyó con el levantamiento del bloqueo al puerto, ha abierto una nueva etapa para los trabajadores del pescado de Mar del Plata.


Protagonizada en sus inicios por las ocho plantas de coopetruchas empleadas por Giorno, rápidamente desencadenó una movilización obrera de más de mil compañeros y clarificó y alumbró el camino para todo el gremio.


Todo el proceso de los últimos tres años y medio de ataques patronales, despidos, “desblanqueo” de plantas enteras, atomización, convenios flexibles “pymes”, se ha derrumbado. Lo mismo vale para la política de “paz social” de la burocracia. Le pusieron un punto final los masivos piquetes que bloquearon los dos accesos a la banquina durante 15 días, bajo las más crueles condiciones climáticas. Esto es así incluso si se considera que el acta del levantamiento del bloqueo concede 100 días para la regularización del personal.


Es cierto que no será la primera “comisión con los actores de la actividad” que se conforma; varios de los signatarios del acta final (Moullierón, la Cámara, la CTA) ya pasaron por otras similares con nulos resultados para el obrero. Pero ha cambiado, y no es lo de menos, la situación y oportunidad política.


Más allá de los términos engañosos de un acta redactada por los “buitres” de la Cipa, en colaboración con los buitres del Ministerio de Trabajo provincial, que contó con el encubrimiento de la CTA, los delegados y acampantes clarificaron sus términos hasta donde pudieron.


Tras casi tres semanas se fue cerrando un cerco.


– El aislamiento artero por parte de la directiva del Soip, al levantar un paro que nunca quiso decretar ni garantizar, en un momento decisivo, la noche del lunes 30.


– La borrada de la CTA y, sobre todo, de la CGT en la toma de medidas de apoyo al paro.


– Un fabuloso operativo represivo montado por la Prefectura y la Federal (con batallones de motociclistas, nunca vistos aquí) saturó toda la zona de efectivos y rumores de represión.


– La burguesía local hizo uso y abuso de la amenaza de la movilización de los patrones-carneros de las coopetruchas contra los obreros en lucha.


La demostración de firmeza y determinación de quienes hicieron el aguante, más la disposición de lucha y la claridad del sector efectivo representado en el cuerpo de delegados, abortó la posibilidad de firmar o abrir la puerta a otros convenios “pyme”(Cipa-Soip), lo cual abre esta nueva etapa de movilización contra del trabajo en negro.


Como saldo queda:


– Se ha desterrado del gremio la posibilidad de mantener en vigencia un convenio a la baja, como los acuerdos “pymes” del Cipa-Soip, y de hacerlos aprobar en otras plantas nuevas. Esta planteada una acción decidida para desterrarlos de la actividad. El único aceptable para la masa de trabajadores es el convenio colectivo 161/75 con su garantía horaria (que debe actualizarse), sus 8 horas, sus categorías, su horario de planilla, etc.


– Se ha retomado la idea, defendida por nosotros desde siempre, de un cuerpo de delegados unificado de trabajadores cualquiera sea su condición de trabajo.


– Se abre la posibilidad de organizar un poderoso cuerpo de delegados de plantas en negro.


La conducta de la burocracia del Soip -primero carnera, luego traidora y por último provocadora- ha terminado por firmar el acta de defunción de una directiva entregada. Su permanencia al frente del gremio es una espada sobre la cabeza de los trabajadores. Hay que echarlos.


Vamos con todas nuestras fuerzas a coronar, con la más decidida movilización, el blanqueo bajo convenio 161/75 de los 7.000 obreros del pescado.