El PTS planteó “no avalar” el Congreso de la CTA de Neuquén, para lo cual propuso armar un escándalo en la puerta y no acreditar a sus congresales. O sea no dar ninguna lucha política.

Pero violando su propia posición, sí acreditaron una congresal. Luego, participaron en las comisiones. En el plenario de cierre, intervinieron contra nuestros congresales cuando estábamos haciendo la defensa de nuestro despacho por minoría, con el argumento de que habíamos votado por la “redistribución de la riqueza”, algo imposible porque la burocracia no presentó mociones.

Cuando los congresales de Tribuna Docente Lista Marrón nos retiramos, luego de dar una enorme batalla, el PTS se quedó hasta el final.

En resumen, “avalaron” hasta el último minuto el vaciamiento del Congreso por la directiva. En un congreso farsesco, la mayor farsa fue el PTS.