Este jueves 8 por la noche se conoció la noticia del fallecimiento de un obrero petrolero en la zona de Vaca Muerta. El trabajador tenia 40 años, prestaba servicios en empresa Nabor y el suceso transcurrió cuando realizaba tareas en el equipo de perforación F19, ubicado en Bajada del Palo Oeste. Al cortarse una linga en el yacimiento estrella de Vista Oil (la petrolera que armó Gallucio con fondos de inversión y el conocimiento que se llevó de YPF S.A.), el obrero fue gravemente herido y falleció pocas horas después en el hospital.

En lo que va del año, cinco obreros petroleros murieron producto de los ritmos de producción y las condiciones de inseguridad laboral que reina en Vaca Muerta. El hecho se produjo en las tareas de perforación que realizaba la empresa Nabors, una empresa de EE.UU con la cual Vista Oil había firmado un convenio en el mes de mayo, durante la visita de Gallucio a Houston.

Ambas empresas en esa ocasión hablaron mucho de “la incorporación de un tercer equipo de perforación para acelerar el desarrollo de las áreas” y de “desplegar tecnología avanzada, estamos mejorando la excelencia operativa”. Pero a la hora de los bifes, los que pagan los platos rotos de la hipocresía patronal son los trabajadores petroleros.

El sindicato convocó a un paro total de actividades a partir de las 8 horas de hoy. Su secretario general, Marcelo Rucci, dijo que el equipo donde trabajaba el obrero fallecido fue inspeccionado por el sindicato hace poco y constató deficiencias.

En una entrevista de hace dos semanas atrás para un medio local, Rucci habló sobre “la necesidad de proteger la integridad de los trabajadores en empleos de alto riesgo y mencionó que se han dado pasos importantes en este aspecto” (VM News, 25/9/2024). Hoy tiene que convocar a un paro por otro crimen laboral en Vaca Muerta.

Es que las empresas saben que se actúa sobre la leche derramada y esperar que pase el momento, hasta que se produzca otra muerte pero no hay una política real de seguridad laboral. Por su parte, el ministro de Trabajo de la provincia, Lucas Castelli, en vez de inspeccionar las condiciones laborales en el sector se dedica a ningunear y verduguear a las organizaciones sociales que le reclaman trabajo.

Esto es un combo fatal. Las y los obreros petroleros deben tomar en sus manos los temas de seguridad y hacer valer la facultad del Convenio OIT 155 que habilita a la parte obrera a suspender las actividades cuando hay un riesgo cierto laboral. Basta de muertes obreras, pero en serio, no solo declamativamente.

La lucha del Bonaparte frenó al gobierno ajustador

Reforcemos la organización de las y los trabajadores para sortear las maniobras de la burocracia sindical. –

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