Sindicales
20/5/1994|419
Otra vez, Atlántida y Ford
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El 1° de mayo de 1985, unos 3.000 obreros mecánicos y gráficos de Ford y Atlántida realizamos un acto clasista conjunto con docentes y otros trabajadores de la zona. Tiempo después, durante los 19 días de la ocupación de Ford, la pasarela que une Atlántida y puerta 2 de Ford se transformó en un puente de unidad de los obreros de las dos fábricas.
El 13 de mayo pasado retomamos el camino. Un conjunto de delegados y activistas de Atlántida nos presentamos ese día con un volante contra la reforma laboral y la “Jubilación privada”, contra los despidos y por el salarlo.
La Comisión Interna de Ford o, para ser más exactos, parte de ella, nos echó. Pero, mientras un grupo de compañeros intentaba un debate político frente a la patoteada, el resto del piquete de gráficos se metió entre tos micros y el grueso de la gente haciendo imposible para la burocracia evitar la repartija del total de los 1.500 volantes que llevamos. Los compañeros se bajaban de los micros a buscar tocos para sus compañeros.
Los testimonios que pudimos recoger mostraron la bronca que había en Ford frente a tercerización total de mantenimiento y subarmado y al traslado dictatorial de todos esos compañeros a la línea, sin que se hubiese llamado a una sola asamblea de planta y de secciones para resistir la ofensiva. En el plano salarial hay un ofrecimiento patronal miserable del 9% para todo el año próximo, pero ninguna reivindicación del sindicato.
Esto ocurre en una fábrica cuyo jornal promedia los 3.50 la hora; que no otorga francos compensatorios por el trabajo de fin de semana; y donde rigen jornadas casi fijas de 12 horas más los fines de semana.
Los aumentos ilimitados en los ritmos de las líneas tampoco han sensibilizado a los dirigentes del SMATA. Al contrario, Rodríguez se enorgulleció en la manifestación del viernes 13, de “que pasamos de 20 a 40 autos por operario”. Pudimos ver que el convenio de la General Motors era conocido y repudiado. “Quiero ver qué dirán los que entren a trabajar sobre esa porquería”, escuchamos decir.
El viernes 13, la gente desbordó tos micros; al mejor estilo de los ’70 se ocuparon varios “204” y aun así quedó gente a pie, muchísima gente a pie. Algo casi inexplicable considerando que partieron sólo de allí, la puerta 2, más de 30 micros. La explicación de este desborde es que vinieron en masa también los compañeros del tumo tarde (calculamos 400 o 500) y también compañeros de las concesionarias de la zona.
Al partir la caravana, desde los micros se saludó con brazos altos y la “V” de la victoria a los delegados y activistas de Atlántida apostados en la salida a Panamericana.
La comente de la rebelión, que se manifestó una semana antes en Fiat, está presente en todo el gremio mecánico; su único y gran problema es superar a la burocracia de Rodríguez en cada fábrica y a nivel nacional.
Como señaló una radio de Benavidez, que leyó nuestro volante mientras se realizaba la movilización en el centro, “en él está presente un programa y una perspectiva para esta gigantesca movilización, que el SMATA no tiene”.