Con el argumento de la falta de reactivación de las ventas, la empresa Motomel (ubicada en la localidad bonaerense de  San Nicolás) impondría vacaciones masivas por dos semanas para "equilibrar" el stock.

Después de despedir a más de 130 trabajadores en mayo pasado gracias a los contratos basura que la UOM acepta (¡renovaciones de 1 a 3 meses!), la patronal de los Meller vuelve a la carga contra su plantel, con la amenaza implícita de que unos 50 obreros no regresarían a trabajar después de las vacaciones.

"El mercado sigue muy retraído”, es la frase patronal dicha por el secretario de prensa de la UOM nicoleña, Fabián Gigli. En vez de justificar la carnicería patronal, la UOM debería llamar a asambleas para organizar a los trabajadores contra estos ataques.

Tenemos que decirlo con todas las letras: Motomel descarga la crisis sobre la familia obrera, la UOM acepta la situación. Los trabajadores son  quienes movemos el país trabajando, pero somos quienes una vez más pagamos las fiestas de los patrones.

Es necesaria una asamblea general que plantee acciones por la apertura de los libros contables de la empresa, para derribar la idea que propone cortar por lo fino: los puestos de trabajo. Control obrero de la producción; reincorporación inmediata de los despedidos de mayo; pase a planta de los contratados; basta de contratos basura; impuestos progresivos sobre importaciones y exportaciones; control obrero del comercio exterior.