Sindicales

4/4/1996|488

Paliza a la burocracia en Perfil

Sólo la represión patronal, guiada por la burocracia, pudo impedir que Editorial Perfil tuviera hasta ahora una dirección clasista.


Desde el ’93, con el apoyo de la Naranja, los delegados antiburocráticos (minoría) Cardozo y Luján, libraron una batalla decisiva contra la jubilación privada; impusieron una autoconvocatoria de delegados con Atlántida y La Nación; impulsaron la asamblea de fábrica ante cada ataque patronal; elaboraron un programa de categorías sección por sección; estuvieron a la cabeza del rechazo del taller a un intento de ‘flexibilidad laboral’ de cambiar el sábado por un franco el lunes; defendieron la estabilidad laboral ante los cierres de sectores, como foto y algunos turnos de offset.


La mayoría de los delegados se dedicó, en cambio, a tratar de voltear a estos luchadores, apoyando incluso una suspensión con desafuero a Cardozo, hoy candidato a Secretario Adjunto por la Naranja.


Toda esta podredumbre estalló en una asamblea general de fábrica, el lunes 18 de marzo. La burocracia, ante la inminente renovación de delegados, aceitó el aparato y propuso lista cerrada para excluir “a estos dos compañeros que han empantanado el taller”. La asamblea los empantanó a ellos: por más de 90 votos a 23, se plebiscitó a estos dos activistas y se aprobó una vez más el sistema de lista abierta para que salgan los más votados. Al cierre de esta edición, la Verde retiraba a sus candidatos de la pugna electoral ante el “papelón anunciado” que les tocaría en suerte. La tarea del momento: crear un nuevo activismo que reemplace al que quedó en la calle hasta la última tanda de despidos en diciembre pasado.


Pero el ascenso antiburocrático no es monopolio de Perfil. La Comisión Interna de Muresco, que ha inclinado su apoyo a la Naranja sin haber alcanzado a integrarla, denunció que en diciembre, tras una votación similar, se aprobó ir por lista; se presentaron dos y ganó la que nadie votó ante el asombro de la masa de fábrica. Un elemento de ellos denunció el fraude, se forzó la renuncia de los burócratas y ganó por muerte la actual interna de activistas.


En una actitud inédita y sin argumentos, Ongaro, en persona, negó licencia gremial para hacer campaña electoral a los candidatos de la Naranja. Están nerviosos. Se explica, hay un ascenso y viene de atrás.