Muchos medios ponderaron el 94,1% de la paritaria bancaria firmada por Sergio Palazzo “sin despeinarse”, comparándolo con el acuerdo alcanzado por el Sutna luego de cinco meses de durísimo conflicto. La vicepresidenta Cristina Fernández lo celebró en su cuenta de Twitter: “Felicitaciones, compañero Palazzo!”.

Se trató de un intento de empañar el resultado conquistado por los trabajadores del Neumático y, sobre todo, de cuestionar los métodos de lucha utilizados.

Pero ocultan que el aumento del Sutna representa de enero a diciembre de este año (que es el plazo que abarca el acuerdo bancario) un 100,83% y, además, incluye cláusulas de actualización que aseguran un aumento del salario real; algo que ninguna otra paritaria logró. La norma en las negociaciones salariales -la de los bancarios incluida- fue correr a la inflación desde atrás.

Y tan importante como las cifras salariales es que el pliego de reclamos del Sutna, votado y ratificado en asambleas generales del gremio, puso sobre la mesa de discusión las condiciones de trabajo y un adicional por mayor esfuerzo los fines de semana.

¡Ese es uno de los grandes contrastes con la paritaria bancaria!

El planteo paritario de Palazzo, que se caracteriza por la ausencia absoluta de consulta a la base, ignora el avance brutal de las patronales sobre los bancarios; o más precisamente disimula ese avance detrás de porcentajes.

La carrera bancaria no se respeta y los escalafones de categorías y salarios han quedado en desuso por la digitalización compulsiva; el convenio colectivo es una pieza de museo. Además, los cierres de sucursales, la falta de personal, la multiplicidad de tareas, la sobrecarga laboral y los despidos han convertido al gremio bancario en uno de los más flexibilizados.

La enorme rentabilidad de los bancos no solo se asienta en la especulación financiera y los negociados siderales con leliqs o préstamos a tasas por encima del 113% anual; también es producto de la precarización y la reducción de costos operativos asociada a la degradación de los servicios.

Los ajustes salariales se ubican por detrás de la inflación y muy, muy, lejos de las ganancias de los bancos. De esto, Palazzo tampoco habla.

La lucha paritaria del Sutna se apoyó en la democracia sindical, la movilización constante de la base del gremio y diversas formas de huelga; levantó un pliego de defensa del salario real y las condiciones de trabajo y lo defendió también contra el gobierno que se alineó con las empresas, denunciando el papel del renunciado Claudio Moroni y en especial de Sergio Massa.

¡Este es el contraste mayor con Sergio Palazzo y toda la burocracia sindical de la CGT y las CTA, subordinados al FdT y al ajuste pactado con el FMI!

Quienes construimos Tribuna Bancaria impulsamos un sindicalismo clasista, democrático y con independencia política, porque es la única forma de resguardar los puestos de trabajo y proteger el salario de los bancarios.

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