La multitudinaria movilización que tuvo lugar el 19 de marzo en Campana, en el marco de las 72 horas del paro de la UOM, constituye un hecho nuevo (histórico) y fue un indicador de la predisposición a luchar las y los metalúrgicos, en especial de Siderca.

La asistencia de delegaciones de gremios de la CGT regional y otras seccionales siderúrgicas extendió la acción más allá de la UOM, mostrando que la lucha por el salario sacude a toda la masa obrera.

Y todo en la casa de Paolo Rocca, el patrón de los patrones de este país, que bloquea sistemáticamente cada paritaria y pretende imponer nuevas condiciones de explotación, en línea con el plan motosierra de Milei. Rocca intentó manipular la opinión pública y le fue mal: el repudio le llegó incluso desde las propias páginas institucionales de Tenaris, en las que filtraron varias críticas. Las ganancias siderales de Grupo Techint, libres de impuestos, contrastan brutalmente con la miseria salarial. La “familia de Siderca” no se puede engañar con espejitos de colores porque simplemente no llega a fin de mes.

La movilización fue un apoyo al plan de lucha, que es lo que hay que hacer, pero no un cheque en blanco para nadie. La base expresó con cánticos y de mil maneras que quiere participar en el diseño de este plan de lucha para derrotar toda la política patronal de recortes y avances sobre las condiciones de trabajo; no se limita a lo salarial.

La movilización finalizó en la plaza principal de Campana, con un acto con Abel Furlán como único orador.

Ahí el secretario general planteó lo duro de la negociación con la cámara empresaria (que lidera Paolo Rocca) y declaró que no va a titubear en profundizar la lucha, sin mayores aclaraciones.

Furlán no está cómodo en este escenario; la UOM se siente más cómoda en el campo de la negociación y la conciliación y no en el enfrentamiento directo con las empresas.

Todo indica que la dirección espera la finalización de la conciliación de la Rama 17, para aislar al Grupo Techint. Y de paso ganar tiempo antes de largar un nuevo paro, que esta vez debería ser de 96 horas (en camino hacia el paro general indefinido).

En una de las pocas interrupciones al discurso de Furlan, seccionales como San Miguel y La Matanza comenzaron a cantar “paremos todos… lpqlp”. ¡Y es por ahí! Nadie ignora la fortaleza de Rocca, reforzada ahora con este gobierno, al que considera suyo. Y lo es; como lo demuestra la colocación de hombres que le responden en lugares estratégicos, entre ellos, la secretaría de Trabajo.

Si el enfrentamiento avanza, hay que prepararse más y ganar a los que están a un pasito de sumarse. Necesitamos impulsar asambleas generales y en los sectores. Que se voten todas las medidas futuras para asegurar el paro general si las patronales siguen en su posición cerrada. Movilizaciones, cortes, piquetes y la implementación de un fondo de lucha para bancar los  descuentos.

Se abre un panorama en el que la crisis puede estallar por cualquier lado; tanto a Rocca como a Furlán les molesta la incipiente rebelión desde abajo. Al secretario general, porque no puede cerrar la paritaria y comienza a sentir “temblores” en todas las seccionales. La intervención decidida de la base metalúrgica es la clave para asegurar la victoria del plan de lucha, por el salario, pero también por la defensa del convenio y de las condiciones de trabajo.

¡Viva la lucha metalúrgica! ¡Abajo el “plan motosierra” de Rocca y Milei!