Sindicales

30/6/2005|906

Parmalat: se firmo el acuerdo

Taselli reculó

Cuando los trabajadores de Carapachay estaban en plenos preparativos para efectivizar un nuevo corte, esta vez total, del Parque Industrial de Pilar, profundizando el plan de lucha aprobado en asamblea, Taselli reculó y tuvo que aceptar el acuerdo que diez días antes había pretendido desconocer. Fracasó la tentativa de la patronal de llegar a una negociación individual, para lo cual, dos semanas atrás, envió telegramas procurando forzar a cada compañero a un arreglo personal, en condiciones leoninas y ruinosas.


La ofensiva de Taselli tropezó con la resistencia heroica, probablemente impensada para la patronal, por parte de un activismo que ha terminado haciendo un aprendizaje acelerado en estos seis meses ininterrumpidos de lucha y que redobló la apuesta cuando acusó recibo de la nueva provocación de la empresa. Los compañeros ratificaron la ocupación de la planta, votaron la extensión del fondo de huelga, incluso al campo internacional, y un relanzamiento de la campaña de agitación y movilización, cuyo puntapié inicial era el corte del Parque Industrial nombrado.


El acuerdo tiene el mérito, en primer lugar, de preservar la negociación colectiva; es decir, la patronal no tuvo más remedio que aceptar como interlocutores a los delegados y recular en su intención de aislarlos y avanzar en la desarticulación de la organización gremial.


El acuerdo contempla la reubicación ordenada de trabajadores, manteniendo salarios, convenio y condiciones de trabajo. La mayoría de ellos pasa a desempeñar funciones dentro de la planta de Pilar y el sector restante, incluidos los delegados, son relocalizados como repositores. Un grupo residual de compañeros ha optado por el retiro voluntario. Se pagan, asimismo, todos los salarios caídos, incluidos adicionales que la empresa se negaba a reconocer. A cambio de este paquete, los trabajadores se comprometen a desocupar la planta.


En síntesis, se logró poner un límite al ataque patronal, frenar los despidos y, quizá lo más importante, preservar el Cuerpo de Delegados y la organización gremial.


Se inicia una nueva etapa. Estamos en presencia de una batalla en una gran confrontación que recién comienza. Los planes de Taselli que apuntan a convertir a Parmalat en una procesadora de leche en polvo son incompatibles con los niveles salariales actuales y más aun con los 1.000 puestos de trabajo. Lo que está en discusión y va a colocarse al rojo vivo en un futuro bastante próximo es sobre qué bases debe ser reorganizada Parmalat. Está claro que Taselli prepara un verdadero Cromañón laboral. Frente a ello, los trabajadores tienen que oponerle una salida que privilegie los intereses de los trabajadores, lo que pone sobre el tapete la lucha por la expropiación y la gestión obrera de la empresa.


Conscientes de la nueva etapa que se inicia, los aguerridos compañeros de Carapachay han aprobado una serie de iniciativas de acción: sacar un nuevo número del boletín, explicando los alcances del acuerdo y la lucha que se abre de ahora en más; mantener la campaña por el fondo de huelga y organizar un acto y peña, para el sábado 2 de julio, abierto al conjunto del movimiento obrero y que apunta a reagrupar y cohesionar las fuerzas para el nuevo período en el que ingresamos. Los trabajadores de Parmalat Carapachay entran con la frente muy alta en la fase crucial que se abre.