Sindicales

4/3/2021

PROTOCOLOS SANITARIOS

Paro de la línea B del Subte en defensa de la salud pública

La Naranja del Subte

La asamblea de trabajadores de tráfico de la línea B del Subte decidió un paro de 24 horas, el jueves 4 de marzo desde la cero horas. El motivo de la medida consiste en que la empresa Metrovías decidió modificar el diagrama del servicio, violentando normas de prevención contra los contagios de Covid-19. Entre ellas, el distanciamiento social preventivo y la prohibición de hacinamiento de trabajadores en espacios comunes, cerrados y sin ventilación. Todas dispuestas por resoluciones oficiales de salud pública.

En lo que va del desarrollo de la pandemia en el país, estos trabajadores cumplen un estricto protocolo desarrollado por los delegados gremiales y la Comisión de Seguridad e Higiene de tráfico. La base del mismo consiste en trabajar en grupos cerrados e independientes (burbujas), en horarios reducidos y continuos, que no requieren descansos intermedios y, por ende, sin hacinamiento en los comedores, que permanecen cerrados.

Este procedimiento, junto con el control de la desinfección, medidas de protección personal y seguimiento de casos sospechosos y contactos, ha dado un óptimo resultado, evitando prácticamente los contagios de origen laboral. Su implementación ha debido sortear presiones y zancadillas patronales, dirigidas a aumentar la frecuencia del servicio sin reforzar el personal, cuestión perfectamente posible y largamente reclamada.

Ahora la empresa, con apoyo de su controlante, el gobierno de Rodríguez Larreta, en forma inconsulta, ha modificado los diagramas, coincidentemente con la tendencia a la “normalización” expresada por la reapertura de las escuelas y todo tipo de actividades. Con esto rompería los grupos de trabajo y obligaría a tomar descansos en espacios cerrados, atentando contra la salud y la vida de trabajadores y usuarios.

Numerosas gestiones de los delgados para evitarlo fueron inútiles. Los trabajadores han denunciado que estas medidas temerarias, se dan en el marco nacional y del AMBA de un alto nivel de contagios y del pronóstico de especialistas y funcionarios de salud sobre una próxima inevitable “segunda ola” y de un bajísimo ritmo de la vacunación. La medida merece todo el apoyo de las organizaciones obreras, un modelo a seguir y difundir de autodefensa ante la negligencia de empresas y gobierno.