Sindicales

13/6/2013|1272

Paro de la UTA Córdoba

Los K al auxilio de Mestre y la patronal del transporte

El jueves 6, después del fracaso de las negociaciones salariales y desconociendo una nueva conciliación obligatoria, la UTA Córdoba se lanzó al segundo paro por tiempo indeterminado en un mes. Si bien el primero fue frenado por la intervención del ex ministro de Trabajo de De la Sota, Dragún (ver PO Nº 1.267),  esta vez a Mestre el salvavidas se lo tiraron Tomada- quien le armó una “mesa de conciliación” en Buenos Aires- y el secretario general de la UTA nacional, Fernández, que amenazó con intervenir la seccional cordobesa si no respetaba la conciliación y levantaba el paro. Ello ocurrió 24 horas después. En el medio, intervino directamente el nuevo ministro de Defensa de CFK, Rossi, cuyo hermano presentó a su empresa en la licitación local.

Hace meses que los trabajadores del transporte vienen con planes de lucha, paros y movilizaciones, enfrentando la política de privatización, ajuste salarial y despidos en el Transporte Urbano de Pasajeros (TUP). A dos meses de cerrada la paritaria nacional de UTA, en Córdoba se encuentra estancada por la negativa de la Fetap a dar un aumento del 30%. La propuesta de la patronal es del 23%, a pesar de que en enero recibieron un aumento de tarifa del 30% para “amortiguar los aumentos salariales”.

Fernández, el secretario general de la UTA nacional, se manifestó a favor de la propuesta de la patronal, por estar en sintonía con la pauta nacional. En el mismo sentido, el año pasado firmó un acta con la conducción provincial en la que se equiparaba el convenio de Córdoba con el nacional. Al hacerse público,  hubo una gran reacción obrera y Peñaloza, el secretario general de Córdoba, tuvo que volver sobre sus pasos. En el convenio de Córdoba, la jornada de trabajo es de 7 horas y los choferes se jubilan a los 55 años por insalubridad. Al igual que en el subte, a Fernández lo desvela no poder nivelar para abajo.

Mestre necesita derrotar a los trabajadores de UTA para poder pasar la privatización de la totalidad del transporte. Ello significaría un ajuste para el conjunto de los trabajadores, usuarios y choferes. El empantanamiento de la privatización y las paritarias han herido al gobierno de Mestre y han golpeado al de De la Sota. La razón por la que los trabajadores todavía no han obtenido su triunfo es por la política de la conducción de UTA. La política de la burocracia ha llevado a enfrentar a los trabajadores -que son usuarios del transporte- con los choferes, a quienes responsabilizan por el gasto que les implica la ausencia de colectivos, la pérdida de premios y días de trabajo, lo que ha sido debidamente agitado por las autoridades, políticos y medios de prensa, convirtiendo a los choferes en los enemigos públicos número uno. Desde hace meses, el Partido Obrero está en una campaña denunciando el vaciamiento patronal y defendiendo los reclamos de los choferes.