Las patronales del transporte nuevamente anunciaron el incumplimiento del acuerdo paritario al filo del pago de los haberes de marzo, alegando no haber recibido los subsidios por parte del gobierno. Esto desembocó, luego de marchas y contramarchas de la UTA, en una retención de tareas por incumplimiento de la paritaria -que se encuentra homologada- en las líneas de la zona del Amba ($987 mil de básico conformado). Por el contrario, las líneas del monopolio Dota circulan parcialmente, gracias a la complicidad propatronal indisimulable de la fracción burocrática de Bustinduy y la Agrupación Palacios, que dirige la mayoría de los cuerpos de delegados en esas empresas.

Con la falta de pago de la totalidad del aumento acordado el salario de los choferes es (de nuevo) la “variable” que intentan utilizar para que le cierren las cuentas al gobierno y a las patronales. Esta situación recurrente -el incumplimiento de la paritaria- no se corresponde únicamente con que “no bajaron el subsidio”, sino con un cambio de fondo en el sistema del servicio público. Particularmente, el subsidio al transporte fue eliminado íntegramente en las provincias y disminuido en el Amba. Pero hay otras causas, entre ellas la política salarial del gobierno.

El subsidio al transporte fue instrumentado primero cómo un rescate a las ganancias de las patronales del sector en el marco de una profunda crisis (año 2002). Con el correr de los años el sistema de transporte se tornó un negocio “parasitario”, se profundizó la concentración en un puñado de empresas monopólicas cuyos principal ingreso eran las transferencias del Estado (entre un 85% y 90% de sus ingresos).

Con Milei en el gobierno la política respecto a los servicios públicos (entre ellos el transporte), que estamos padeciendo los trabajadores, se caracteriza por tarifazos sistemáticos para compensar la baja o directamente eliminación de los subsidios, para destinar esa masa de recursos en beneficio del capital financiero (ajustar y obtener superávit para pagar la deuda externa). Asimismo, el nuevo gobierno tiene una decidida política de rebaja de salarios y jubilaciones. Comenzó a intervenir más decididamente para ponerle un techo a los acuerdos paritarios colocándolos siempre por debajo del índice de inflación. En el caso de la paritaria del gremio, dice ahora que no se homologó ningún acuerdo para el mes de marzo, una coartada para patear para adelante la recomposición salarial y licuar los ingresos.

En este marco, las patronales respondieron al reclamo salarial igual que Milei le contesta a todos los trabajadores para licuarles el salario: “no hay plata” e incumplieron la paritaria. Frente a ello, y porque la “solución” al reclamo de los choferes no puede ser una tarifa de $1.200 como reclaman las patronales, planteamos como primera medida elemental la apertura de los libros contables de todos los monopolios y empresas de transporte para que los trabajadores y toda la población podamos saber cuanto están ganando y que ganancias tuvieron en los últimos años.

Es necesario, además, la convocatoria a asambleas en todas las empresas de transporte que ratifiquen la medida por tiempo indeterminado y una inmediata movilización masiva desde todas las empresas a la Secretaría de Trabajo, hasta que los salarios pactados sean abonados en su totalidad, de forma íntegra y no en cuotas como pasa por ejemplo en Metropol. Las asambleas son fundamentales en todas las líneas y más en las líneas de Dota, para derrotar la división de la medida que promueve Bustinduy, que es el ariete del gobierno contra el paro. En defensa del salario, que el gobierno deposite inmediatamente el subsidio destinado en las cuentas sueldo de los choferes.

No es la política del oficialismo de Fernandez, que convoca una medida dominguera siempre en la linea de conciliar con las patronales y absuelve al gobierno de Milei de este ataque contra el salario. Que se presente el cese de tareas como una “abstención” no va a evitar en ningún caso el ataque de las patronales y el gobierno contra la lucha de los choferes. Por eso hay que ir a una movilización general que conquiste el reclamo sin concesiones.

Hay además un dato muy alentador. En las primeras horas del inicio de las medidas se conoce que los trabajadores de numerosas empresas de Dota se adhirieron a la medida de fuerza derrotando la política carnera de la fracción sindical de Bustinduy y la Agrupación Palacios, alineada con el gobierno y en el terreno sindical con el moyanismo y con la CTA que puso a su servicio su sindicato marginal, la Ucra, para cobijar a este burócrata e impulsar la ruptura de la UTA y la división de los trabajadores a pedido de Dota y la Secretaría de Trabajo del gobierno de Milei.

Esto es una clara demostración de que la unidad de los trabajadores puede derrotar las maniobras de la burocracia sindical. Y es una respuesta también a Fernández, que hace rato abandonó a su suerte a la base de choferes de las empresas de Dota.

La medida de fuerza debe ser activa, para fortalecernos y además para empalmar con los numerosos reclamos que distintos sectores de trabajadores llevan adelante en la actualidad (estatales, docentes, jubilados, etc.). Es necesaria una huelga general para derrotar la política de ataque a los salarios y la reforma laboral que quiere aplicar este gobierno.

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