El jueves 23 la planta de Bridgestone-Firestone (Llavallol) fue parada por completo, luego de una asamblea de los trabajadores que resolvió la medida frente a los ocho despidos sin causa. El Sutna (sindicato del neumático) denunció públicamente que estos despidos comprenden un intento de esta multinacional que busca amedrentar a los trabajadores del neumático para que no reclamen y defiendan sus derechos, luego que las inspecciones reclamadas por el Sutna pusieran en evidencia las deficiencias generales de la planta de Llavallol.

El propio Ministerio de Trabajo tuvo que reconocer las graves faltas de seguridad e higiene de la fábrica frente a la patronal que intentó ocultar la situación. La empresa no tomó ninguna medida hasta el momento para cumplir con las condiciones laborales, sin embargo tuvo que salir públicamente a señalar que están en falta. La inspección del Ministerio de Trabajo puso de manifiesto que las cargas térmicas son muy superiores a las permitidas. Esto cobró estado público en los principales medios de comunicación nacional, dejando mal parada a la propia Bridgestone, que dice ser una “fábrica de punta”, sin embargo cuenta con múltiples falencias que ponen en riesgo la salud de los trabajadores.

La respuesta obrera fue contundente y se preparan nuevas medidas de lucha. En lugar de lograr atemorizar a los trabajadores, cada compañero tomó conciencia de la política patronal. Bridgestone señala en sus comunicados que su política no son los despidos, pero desvincula a quienes “no colaboran”. Cada compañero entendió el mensaje y en lugar de retraerse fueron a las asambleas a defender las medidas propuestas por la seccional y el sindicato. Con esta comprensión de los trabajadores, el paro del jueves fue total.

Cada atropello o incumplimiento patronal obtiene una respuesta obrera colectiva. Esto es un gran avance producto de la organización sindical en esta planta y en todo el gremio del neumático, de una orientación clasista que se apoya en la deliberación y fuerza de los trabajadores. La patronal quiso condicionar la respuesta obrera negando el ingreso a los representantes gremiales del Sutna: algo ilegal y antisindical, que ya hicieron en el conflicto salarial del 2022. Pero no logró su objetivo, y no pudo evitar una medida de lucha contundente.

La repercusión en los principales medios nacionales muestra la preocupación de la burguesía y del gobierno en que se desate otro conflicto gremial en el neumático. Su preocupación, junto con el de toda la burocracia sindical de la CGT, es planchar y contener a la clase obrera en el marco de una crisis nacional profunda.

El ataque de la patronal sólo ha logrado aumentar la bronca y la conciencia de los trabajadores. En la “familia de Bridgestone” son los trabajadores quienes sostienen todo, mientras la multinacional pretende aumentar sin cesar sus ganancias en la Argentina. La patronal vive con la añoranza del pasado, donde de la mano de la vieja dirección burocrática de la seccional pretendía hacerle creer a los trabajadores que “Bridgestone es de todos”.

La respuesta y la lucha de los trabajadores del neumático y del Sutna vuelve a estar en el centro de la escena de las luchas obreras y marca un camino por su método y sus acciones en defensa de los derechos de los trabajadores. Todo el apoyo a los compañeros.

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