Luego de haber derrotado el intento del gobierno de gravar con el impuesto al salario a las y los judiciales y de que la Corte requiera una recomposición salarial de 10% a octubre, 10% a noviembre y 10% a diciembre (todos remunerativos), arrojando a fin de año un 113,99% de aumento, todo parecía indicar que en el Poder Judicial también se ingresaba al club de los aumentos salariales superiores al 100%.

Obviamente, este pedido de recomposición salarial que la Corte hizo al gobierno colocaría a la Justicia como la paritaria más alta del 2022. Incluso, dicho pedido superó al reclamo que había hecho Piumato, que arrojaba un 103%. Mientras que el aumento pedido por Piumato permitía empatar a la inflación, el de la Corte permitía ganarle unos cuantos puntos, recuperando así poder adquisitivo perdido en los últimos años.

¿Y qué pasó? De acuerdo a trascendidos, el gobierno primeramente quería morigerar las exigencias de la Corte ofreciendo un aumento similar a la inflación 2022, en la línea de lo pedido por Piumato. Sin embargo, luego del fallo de la Corte que declaró la nulidad de la movida del Frente de Todos para nombrar un consejero de la magistratura y reponer en su lugar al senador Luis Juez del PRO, el gobierno ofreció una cifra para romper las negociaciones.

Del 113,99% pedido por la Corte al 94% ofrecido finalmente por Massa hay un largo trecho. Sin embargo, no estamos ante un problema de números. La Corte no defiende el salario de los trabajadores judiciales. En este caso, como también con otros, asistimos a una disputa de poder. El paro de este viernes 11, convocado por Piumato, es la expresión de que se han caído esas negociaciones porque esta vez el gobierno el gobierno pone al salario en el centro de la disputa.

Aquí se puede apreciar en su magnitud el problema del enganche que la diputada Camaño defendió en el debate sobre el impuesto a las ganancias a Justicia. Mientras la diputada sostuvo que a los judiciales les conviene cobijarse debajo del ala de los jueces, ahora las y los trabajadores terminan siendo rehenes de una disputa interpoderes, con la recomposición salarial trabada y con una inflación que mes a mes va comiendo el poder adquisitivo de los salarios.

El problema del enganche no está asociado a la conquista de un status quo, sino a la necesidad de tener un sindicato independiente de la Corte y los gobiernos que luche por el salario y los derechos de los trabajadores. De lo contrario, el enganche reemplaza la lucha de los judiciales por las gestiones y el lobby de la Corte.

Cierto es que el gremio judicial supo conquistar varias veces la ley de enganche salarial, que sucesivas dictaduras y gobiernos fueron derogando. Sin embargo, se vio que incluso con enganche, si no le aumentaban el salario a los jueces para que derrame el enganche hacia abajo, había que hacer paros y luchar de todas formas.

Todos/as al Paro

El reclamo del momento es que el gobierno responda positivamente a la recomposición salarial que oportunamente requirió la Corte. La tarea es la de organizar el presente paro y preparar las próximas medidas en caso de que no haya respuesta, para evitar que la rebaja salarial que el gobierno nos quiso imponer con el impuesto al salario la termine metiendo vía inflación.

La conducción de la UEJN de Julio Piumato anunció que el jueves 17 habrá un paro nacional con movilización al Palacio de Justicia en caso de no haber respuestas. Si tenemos en cuenta que con la inflación de octubre los salarios habrán perdido alrededor de un 20% contra la inflación y lo avanzado del año, luce como una medida de fuerza insuficiente.

Discutamos en cada oficina y lugar de trabajo la necesidad de un plan de lucha progresivo que rápidamente ponga a todos los judiciales en pie de lucha. Que la UEJN no acepte ninguna recomposición salarial sin su aprobación en un plenario de delegados con mandato de asamblea. Todo/as al Paro nacional. Recomposición salarial ya.