El conflicto en la plástica Tigre del Parque Industrial de Pilar nace en noviembre del año pasado por malas liquidaciones de los sueldos y pagos divididos en el mes. En marzo se profundiza, cuando se propone modificar los horarios y reprogramar la producción, buscando eliminar el turno 4×2, lo que llevaría a reducir el salario en un 50%. Esta medida es rechazada por los trabajadores mediante un paro de la producción. La respuesta de la patronal es el despido de cinco compañeros.

Ahí aparece el sindicato Plástico, que elige sus "voceros" y llama a que no se realicen medidas de fuerza porque son "ilegales" y van a "perjudicar la ganancia de la empresa y, por lo tanto, va impactar en el salario de los trabajadores". Pero los trabajadores, sin respuesta de la patronal, deciden continuar con un plan de lucha por sus reivindicaciones. Sobrevienen 27 despidos. El sindicato gestiona una "conciliación obligatoria" con todos los despedidos adentro, pero que se prorroga varias veces y que termina el lunes 25 de junio. Viendo que el sindicato traicionaba sus reclamos y marcaba a los trabajadores para que sean despedidos por la patronal, se decide formar un nuevo sindicato: Trabajadores de la Industria de Caños Plásticos y Afines, algo así como dragones del gremio plástico.

Cuando termina la "conciliación obligatoria" (26/6), los trabajadores se encuentran con el despido de 30 compañeros, con el argumento de la patronal de que no rinden en el trabajo y por lo tanto no recibirán indemnización. Ahí arranca el paro por la reincorporación de los despedidos y lanzan un plan de lucha con cortes y con bloqueo de la fábrica; pero la patronal sigue con la ofensiva despidiendo a 24 nuevos compañeros. Los despedidos son los principales activistas de la fábrica. El viernes 29 de junio se realiza una audiencia en el Ministerio de Trabajo de Pilar, donde no se logra ninguna respuesta sobre la incorporación de los despedidos y donde sólo se ofrece un porcentaje mínimo de indemnización. Los trabajadores rechazan la propuesta y plantean continuar con la lucha por la reincorporación de los despedidos.

Es así que el lunes 2 de julio se realiza un impresionante corte por más de seis horas en dos de las tres entradas del parque industrial de Pilar, con el apoyo de trabajadores de alimentación, gráficos y jaboneros, entre otros. Luego del corte se decide volver a la fábrica y se vota, en asamblea, el acampe de los despedidos y continuar el paro desde adentro de la fábrica.

Los trabajadores de Tigre han demostrado que están dispuestos a enfrentar los despidos y el ajuste que quiere implementar la patronal, con la complicidad de la burocracia sindical del plástico.

No a los despidos, todos adentro. Todo el apoyo a la lucha de los trabajadores. Profundicemos la organización clasista de los trabajadores de la fábrica.