En un gesto que lo desnuda por completo, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, reclamó al Ministerio de Trabajo multar y quitarle la personería al Sutpa, el sindicato de las y los trabajadores del peaje dirigido por Facundo Moyano -hijo del burócrata camionero y exdiputado del Frente Renovador del actual ministro de Economía, el ajustador Sergio Massa.

La presentación antiobrera del “soviético” Kicillof fue interpuesta en el Ministerio de Trabajo “con el patrocinio legal del estudio jurídico de Daniel Funes de Rioja, presidente de la UIA” (Ámbito, 6/1). Funes de Rioja es el emblema de los chupasangres de la Argentina, motor de la reforma laboral a fondo y de la eliminación de las indemnizaciones contra el conjunto del movimiento obrero argentino.

Facundo Moyano fue el adelantado desde la burocracia sindical en plantear la necesidad de una reforma laboral que “actualice” los convenios cuando era diputado massista, y que actualmente busca dirigir la modificación de las condiciones laborales de las/os trabajadoras/es peajistas desde su lugar en el sindicato.

Como se ve, en el largo conflicto entre la Autopista La Plata-Buenos Aires y las autopistas hacia la Costa Atlántica (Aubasa), es una pelea de capitalistas mafiosos y antiobreros, completamente ajena a los intereses de los trabajadores de la empresa.

La crisis escaló por la implementación de un paro por tiempo indeterminado desde el 1° de enero que impide el cobro de los peajes, y que ha llevado a las autoridades de Aubasa a denunciar, como si les importara, que la pérdida hasta el momento equivale al costo de construcción de cinco escuelas.

El conflicto

El centro de la puja –que está justificada de parte de Facundo Moyano por el despido de un gerente de informática de Aubasa- es el control de la dirección de la empresa provincial de peaje. El gremio denuncia incumplimientos de varias condiciones laborales. “Pero el reclamo de fondo está vinculado con la resistencia al actual presidente de la empresa Ricardo Lissalde, un hombre cercano a Sergio Massa. Y uno de los pocos laderos del ministro de Economía en el gobierno de Kicillof” (La Nación, 7/1).

Lissalde también estuvo al frente de Trenes Argentinos Infraestructura (Adif), y en la implementación de los avances antilaborales contra los ferroviarios.

Se trata además de la intervención en una de las fuentes más importantes de recursos de la provincia en la avanzada por la reforma laboral en un sector clave, y parte de las peleas en al interior del Frente de Todos entre Kicillof, los intendentes y la burocracia sindical, de cara a la conformación de las candidaturas de las elecciones venideras.

Facundo Moyano denunció en tono combativo que con Kicillof ocurrió algo que “ni siquiera Macri se animó a tanto y más aún sorprende que eso lo pida una empresa del Estado provincial; nadie pediría semejante cosa sin tener la venia del Estado provincial” (La Nación, ídem). Este ataque a Kicillof lo acompañó la burocracia sindical, en primer lugar la cúpula de la CGT.

Es falso entonces que Facundo Moyano esté defendiendo derecho alguno, más allá de sus denuncias. Moyano declaró que no quiere conflicto, pero que hay que acordar los próximos pasos de ajuste en Aubasa con él. La confrontación seguirá, declaró el actual adjunto del Sutpa, “si no se sientan a hablar del tema de la reconversión laboral (…) Esta es una empresa que está viviendo el recambio tecnológico y en la que falta tiempo, dinero, inversión y acuerdos con el gremio para ver cómo contener a la gente” (La Nación, ídem).

El pez por la boca muere

Repudiamos la medida antiobrera de Kicillof-Funes de Rioja, exigimos que no se aplique ninguna sanción al sindicatos de los trabajadores peajistas, denunciamos la parálisis de la burocracia para enfrentar el ataque y planteamos que para que triunfe de la lucha de las y los trabajadores del peaje en defensa sus condiciones laborales y de sus salarios es imprescindible la independencia política del con el Estado, con los políticos patronales que han llevado al conjunto de la clase obrera a la pobreza y de la burocracia sindical, de la cual Facundo Moyano es parte junto a la camarilla fundada por su padre.

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