Sindicales
29/7/1988|235
PERIODISTAS: por una nueva dirección de manos limpias y de lucha

Seguir
La asamblea general de la UTPBA decidió, en una votación que tuvo lugar a las tres de la madrugada, la separación de Subiza (PI) como secretario general. La asamblea comenzó a las 21 horas y culminó a las seis del día siguiente, lo que da una idea del “interés” de los convocantes por conseguir su vaciamiento. A esto habría que agregar la presencia de por lo menos cincuenta afiliados, “truchos” que trajo consigo la fracción mayoritaria de la conducción.
Allí se reveló, como nunca antes, el cuadro de descomposición que vive la actual conducción del gremio. Las dos fracciones en las que se encuentra dividida —PI, radicales, 25, de un lado; Todos por la Patria, PC, agrupación de base, del otro— se cruzaron acusaciones de corruptela comprobantes en mano. La conclusión, para quien quisiera verlo, era obvia: todos “metieron la mano” y nadie podía hacerse el distraído.
Subiza terminó siendo un “chivo expiatorio” cuya separación pretende blanquear al resto de la conducción. Sabiéndose perdido, Subiza se recostó en la Lista Azul —62 y ahora también 25— la que planteaba la renuncia de la directiva en bloque y la asunción de un delegado normalizador designado por la FATPREN, que es afín al bloque peronista. Esta propuesta cosechó 42 votos contra 204.
El escándalo sobre el manejo de los fondos fue utilizado para soslayar el balance del conjunto de la gestión de la directiva al frente del gremio, ejemplo de parálisis y vaciamiento.
Este balance fue presentado por la Naranja, la cual denunció a ambas fracciones de la directiva y exigió su renuncia y la elección de una comisión ejecutiva para hacerse cargo del gremio hasta las próximas elecciones con el mandato, expreso, de organizarlo para luchar por el salario y todas las reivindicaciones postergadas. La moción obtuvo 38 votos, con el apoyo a último momento de la Agrupación Socialista de Prensa (Mas). -
De cara a las elecciones han quedado definidos tres bloques: de un lado la fracción mayoritaria del oficialismo (MTP, PC), del otro el frente 62-25. Ambos tienen en sus filas a los responsables del desastre actual, a los impotentes y a los chorros.
La tercera opción es la planteada por la Naranja, que refleja el sentir de muchos compañeros del gremio, que aunque se mostró limitadamente en la asamblea fue más evidente en las reuniones por empresa: la necesidad de una lista de manos limpias y espíritu de lucha que abra una nueva perspectiva para el gremio.
Ahora se viene la elección de Junta Electoral. La Naranja ha llamado a elegir hombres probados para impedir nuevas frustraciones, recordando que quien tuvo las manos sucias con la corruptela no puede ser garante de democracia sindical. Esto en el camino de poner en pie un frente para las elecciones por una nueva dirección democrática y de lucha, independiente del gobierno y la patota y sólo fiel a los intereses de los trabajadores de prensa.