Sindicales

18/11/2004|877

Periodistas se disuelve, la UTPBA se retuerce

Como las viejas grabaciones de “Misión Imposi­ble”, en cinco segundos Periodistas se autodestruyó. Una organización que, en el momento de su creación -hace pocos años-, se proclamó “in­dependiente de las cámaras de propietarios de medios y de las gremiales de trabajadores”.


El escándalo de censura de Julio Nudler por Pá­gina/12 fue su acta de defunción y la prueba fe­haciente de que sólo era “independiente”, o más bien distante, de los trabajadores de prensa, no así de las patronales que los emplean.


“Periodistas no nació para perder el tiempo en luchas internas", dijeron en su estertor quienes, tras la renuncia de varios de sus miembros, resol­vieron disolverla. Se puso así en evidencia lo que parece ser una suerte de destino fatal de todo nucleamiento pequeñoburgués que proclama su “manifiesta diversidad de inclinaciones ideológi­cas, que garantiza el más completo pluralismo” (del “estatuto fundacional” de Periodistas). Ante la primera “divergencia" se rompió.


Cuando estalló el caso Nudler, el núcleo duro y directamente patronal de Periodistas se escabulló por los techos. Ese “estatuto" sólo "los comprome­te a involucrarse en todos los casos en que los po­deres públicos, directa o indirectamente, afectan la libertad de expresión de un periodista". ¡No se­ria el caso de Nudler! ¡La censura la ejercía un “privado"! Pero toda la denuncia de Nudler apun­ta a los “poderes públicos", ya que el artículo cen­surado mostraba que Alberto Fernández (jefe de Gabinete) es un chorro.


La Utpba, en cambio, no evidenció ninguna cri­sis, algo que por otra parte sólo afecta a organis­mos vivos. Salló a expresar su solidaridad con el periodista censurado, pero -nobleza obliga- se guardó la pluma de su secretario general, el licen­ciado Das Neves, para defender retorcidamente a la patronal de Página/12.


La Utpba no pudo ocultar su ‘incomodidad’ an­te la censura a Nudler. Dada la repercusión del caso, se quejó de que “es posible hablar de censuras de primera, de segunda y hasta de décima’ El periodista Carlos Gabetta, director de El Dipió denunció en una carta pública de renuncia a Periodistas que la burocracia de la Utpba tiene me­moria selectiva: "Hace cuatro años se mantuvo inexplicablemente pasiva cuando el diario Clarín aprovechó una reestructuración de personal para despedir a la totalidad de la Comisión Interna de trabajadores de la empresa, que acababa de ser elegida en Asamblea".


Asi se ve a qué sirve el tan remanido “No hay que ser funcionales a la derecha" (Das Neves dixit).