La lucha que están llevando adelante los estatales y docentes pone de relieve dos cuestiones: 1) el estado de movilización de los trabajadores estatales, y 2) el rol de la dirección.

La primera se evidencia entre los docentes en la decisión de salir masivamente a la calle, de organizarse eligiendo delegados, de desafiar las “apretadas”, de garantizar el paro de auxiliares impidiendo la entrada de padres a limpiar la escuela, en la adhesión total al paro.

La segunda se evidencia en que no es casualidad que en La Plata, Bahía Blanca y Lomas se haya salido a luchar. En todos estos lugares, la conducción del sindicato fue preparando, organizando y dando un cauce a la voluntad de lucha de las bases.

Este señalamiento es importante porque el Suteba se escuda para no salir a luchar con el resto de los estatales en que “la situación no es igual en todos lados”. ¿Pero quién es responsable de esto sino la dirección?

Está claro que el Suteba podría haber convocado a luchar mucho antes y estar hoy a tono con la huelga estatal y no jugar a la carrera de postas: empezar cuando otros terminan. Está claro que no lo hacen por el compromiso asumido con el gobierno de “co-gestionar” y cumplir los 180 días de clases.

Oporto manifestó asombro por este paro, y no es para menos: fue arrancado por las bases dispuestas a exigirle a la conducción un plan de lucha hasta ganar.

La marcha del día jueves 10 fue una expresión de este problema. Una gruesa columna de docentes y estatales se movilizó con la FEB y el Suteba. Al comienzo de la marcha nos enteramos de que posiblemente no íbamos a la Gobernación. Cuando vimos que se marchaba a la Dirección de Escuelas nos sentimos estafados, y el repudio fue muy grande. Comenzamos a reclamar ir a la Gobernación. La conducción que predica la unidad pero con sus acciones estimula la división, no se dio por enterada. Colocó a sus matones haciendo cordón y provocando.

Al promediar el acto, las seccionales de Suteba de La Plata, Lomas, Sarmiento y Bahía Blanca, los estatales de Educación, Ioma, Hospitales, ATE Sur y Cicop, que constituíamos la mayoría de la movilización, marchamos a la Gobernación. Allí hicimos un acto que fue cubierto por los medios de comunicación nacionales y locales.

Los docentes rechazamos así, en los hechos, las migajas que ofrece el gobierno nacional y que Yasky acepta como un gran logro: 20 pesos en el incentivo a partir de septiembre. La docencia reafirma su espíritu de unidad con los demás estatales y su voluntad de pelear por los 250 pesos al básico.