Sindicales

10/10/2002|775

Planteo de los trabajadores de Brukman

Los compañeros de Brukman se hicieron presentes el pasado 3 de octubre en la Legislatura. Esta vez se movilizó toda la fábrica. “Si alguien duda de nuestra representatividad -señalaron varios delegados- aquí están los trabajadores de la planta quienes, con su presencia física, vienen a respaldar los reclamos por los que venimos luchando”.


La movilización de Brukman empalmó con la jornada de lucha aprobada por la Asamblea Piquetera que, horas antes, había comenzado con el corte de accesos a la Capital por la libertad de los detenidos jujeños y que culminó en la Legislatura en apoyo a las fábricas ocupadas, en especial en defensa de sus proyectos de expropiación de Brukman y Grissinópoli.


Los trabajadores de Brukman colmaron una de las salas de la Legislatura acompañados por delegaciones del movimiento piquetero y de distintas asambleas. Allí fueron recibidos por los diputados de la Comisión de Desarrollo Económico, donde hicieron entrega del siguiente petitorio.


 


Petitorio


Ante el rechazo de los legisladores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a nuestro proyecto de ley, en el cual exigimos la estatización bajo control obrero de nuestra fábrica, los trabajadores de Brukman les manifestamos:


1) Las trabajadoras y trabajadores de Brukman fuimos los primeros que ocupamos la fábrica y la pusimos a producir en la Ciudad de Buenos Aires, siguiendo el ejemplo de nuestros hermanos, los obreros de Zanón de Neuquén, la primer ocupación y puesta en producción del país. Desde entonces, los nombres Brukman y Zanón recorrieron el país y varios países del mundo, como ejemplos de lucha, de producción bajo control obrero, sin patrones ni jefes, de unidad entre ocupados, desocupados y asambleas barriales, de reorganización de la producción en función de las necesidades de los trabajadores y el pueblo, como ejemplo de que los trabajadores pueden ponerse de pie.


En Brukman, los trabajadores levantamos la bandera de estatización bajo control obrero: que se expropie la fábrica y los trabajadores la pongan a producir bajo su control y administración, como ya estamos demostrando que somos capaces, y que nuestra producción se destine a satisfacer necesidades sociales. La estatización bajo control obrero por la que luchamos los compañeros de Brukman es parte de la lucha por la estatización bajo control obrero de todas las fábricas cerradas y de todas las empresas privatizadas, y apunta a reorganizar la producción y los servicios públicos en función de terminar con la desocupación, el hambre y resolver las necesidades sociales. Y hemos aprendido que los únicos realmente interesados en resolver los problemas del pueblo somos los trabajadores.


2) En la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, en la reunión de la Comisión del 11/9/02, los legisladores de los bloques mayoritarios, tanto del PJ como del Ari, expresaron su oposición al proyecto de estatización bajo control obrero presentado por los trabajadores de Brukman a través del diputado Altamira. Los legisladores aprobaron expropiaciones parciales de Ghelco y Chilavert para los inmuebles, “expropiación” transitoria, de 2 años, durante los cuales el Estado paga alquiler a los dueños, y luego de los cuales los trabajadores deberían (si pueden) comprarlos. La maquinaria y marcas se expropiaron en forma defintiva y fueron cedidas en comodato a las cooperativas (éstas terminaron como cooperativas de trabajo solamente, y no de producción, ya que no son dueñas ni de los inmuebles, ni de la maquinaria, ni de las marcas). El patrón, que en estos casos estaba quebrado, pasa ahora a cobrar 150.000 pesos, por la expropiación de las máquinas, y un alquiler mensual por el inmueble, por parte del Estado, mientras los trabajadores no reciben del Estado ni un peso, ni del patrón las deudas salariales e indemnizaciones. La propuesta formulada a Grissinópoli y Brukman fue peor aun, ya que los legisladores y el Gobierno de la Ciudad ofrecieron sólo la expropiación transitoria de inmuebles, maquinarias y marcas, es decir, el patrón y los acreedores no sólo empezarían a cobrar alquileres por parte del Estado, sino que tendrían el derecho a exigir el desalojo dentro de dos años si los trabajadores no le compran los activos. Además, en el caso de Brukman, el gobierno pretende imponerles la forma en que deben organizarse. Esta propuesta es inaceptable.


3) Sin embargo, las trabajadoras y trabajadores de Brukman no estamos cerrados a alternativas intermedias, mientras seguimos buscando los caminos para profundizar nuestra lucha junto al conjunto de los trabajadores ocupados y desocupados, los asambleístas y las clases medias arruinadas, por una salida de fondo.


 


Es por ello que exigimos:


a) La expropiación, sin pago, inmediata y definitiva de inmuebles, maquinaria y marcas de Brukman Confecciones, para que los trabajadores continuemos con la producción bajo gestión obrera.


b) Que el Estado garantice los salarios, como mínimo los de convenio.


c) Nos otorgue subsidios no reintegrables por 150.000 pesos, para ampliar y diversificar la producción e incorporar más trabajadores actualmente desocupados, mediante la implementación de una escuela de oficios.


d) Que el Estado nos compre la producción en función de las necesidades de hospitales y otras instituciones, así como de la población carenciada, que requieran indumentaria que podamos producir.


e) En estas condiciones, estamos dispuestos a discutir la forma legal con la cual organizarnos, pero donde los trabajadores decidamos en nuestra asamblea soberana quiénes forman parte de la fábrica bajo gestión obrera.