Sindicales

22/8/2002|768

Plenario de Ate refleja la crisis de la Cta

Lejos de encontrar un piso, la crisis que se manifestó en la Cta y en su “gremio sostén” (Ate) –luego de su retirada de la calle el 19 y 20 de diciembre pasados– se desenvuelve y agrava sin cesar.


En efecto, no sólo la política de Luis D’Elía ha terminado por definir la ruptura de los compañeros de “Barrios de pie”, sino que en los últimos días asistimos a una seria crisis en el seno de la “Juventud de la Cta”, un sector que salió a cuestionar, en un documento emanado de su último congreso, la adhesión y “acumulación” de la Cta para el Ari (los medios de prensa han reflejado profusamente todos los vínculos establecidos entre “Lilita” y Víctor De Gennaro con Luis Zamora como “pivot”) e involucró en esta acusación a Pablo Micheli –secretario general de Ate Capital– y a Fabio Basteiro –de Aeronavegantes, secretario general de Cta Capital.


Por su parte, Pablo Micheli no tuvo mejor idea que responder a la Juventud con una carta macartista y plagada de chicanas que pretende desmentir y más bien confirma las acusaciones de la Juventud.


A su turno, uno de los responsables de la Juventud vuelve a contestar con una carta que golpea duramente sobre Micheli, sobre Ate y la Cta.


Pero sin duda hay un motor que fogonea permanentemente la crisis de este sector, base sindical de la centroizquierda: es la acción decidida y consecuente del Bloque Piquetero Nacional.


En efecto, cada vez que el Bloque realiza una acción, golpea con terrible fuerza sobre la política divisionista de la Cta y Ate y remueve la conciencia de sus confundidos activistas.


Así ocurrió con los Congresos Piqueteros de febrero y junio, con la movilización del 26 de junio, con la enorme movilización del 27 ante el asesinato de los compañeros, y últimamente con el “Acampe Piquetero”, ante el cual la Cta y la Ccc asumieron nuevamente la postura divisionista de convocar a una movilización “aparte”, la cual pasó sin pena ni gloria, fue desconocida por las Asambleas Populares y registró de paso que, mientras la Ccc movilizó alrededor de dos mil compañeros, Luis D’Elía y Ate no movieron prácticamente a nadie.


Es que ya casi nadie cree que la Cta cumpla ese rol de “luchadora consecuente” con el que mistificó durante los años del menemismo.


El plenario de delegados de Ate Capital del lunes 12 de agosto reflejó a todas luces toda esta situación.


¿Qué nos está pasando?, repetía varias veces Pablo Micheli, quien pretendió “lavarse la cara” diciendo que “creía haberse equivocado” al no haber estado de acuerdo con la propuesta que Luis Zamora (luego de haberse reunido con De Gennaro, Claudio Lozano y Micheli) le hizo a De Gennaro: “Hacer un gesto de unidad” levantando la marcha del martes y concurriendo a Plaza de Mayo el miércoles desde Congreso, junto con Izquierda Unida y otros sectores que también entraron en crisis por la acción del “Bloque”.


Izquierda Unida había abandonado el ámbito de la llamada “Casa de Nazareth” (nuevo escenario montado por el centroizquierdismo ante la crisis del Frenapo), y esto es lo que, según Micheli, lo enojó y no le permitió reflexionar sobre la propuesta de Zamora.


Pero el “arrepentimiento” de Micheli es “trucho”. Así lo demuestran, por un lado, los términos con los cuales respondió a la Juventud y, por el otro, el montaje macartista que permitió que numerosos delegados de “la Verde” se afanaran en señalar, en el plenario, que si bien era bueno marchar todos juntos, no estaban dadas aún las condiciones para juntarse con la izquierda porque ésta es “indisciplinada” y aparatea sobre los activistas sindicales “honestos” e “independientes” de la Cta cada vez que éstos aceptan “acciones en común”.


De paso, Micheli, quien se “despegó” también de Luis D’Elía, se dio el gusto de criticar “por izquierda” a IU, señalando la postura electoralista de la misma. Ningún compañero de Izquierda Unida presente en el plenario le respondió.


El “flamante” secretario general de la Junta Interna de Industria y Comercio intervino para criticar severam ente el macartismo y señaló que una de las bases fundamentales de la crisis de la Cta era su permanente apuesta por políticos “del sistema” como la Carrió, y que los divisionistas como Luis D’Elía, que se quedaron en La Matanza cuando había que marchar contra la represión, eran los que fijaban la política de la Cta.


Otro aspecto que agrava la crisis de Ate es que los pequeños logros salariales que están siendo otorgados en varios organismos como paliativo (sumas fijas transitorias, etc.) son presentados por Upcn como propios, mientras Ate queda como el gremio que “confronta pero no consigue nada”. Incluso existen fuertes indicios en el sentido de que Upcn está “arreglando” con Duhalde la devolución del 13%. Por eso Micheli planteó volver a la calle masivamente por el 13%. Está haciendo crisis la política con la que Ate pretende encubrir la impotencia en obtener reivindicaciones detrás de la “construcción político-social” más general (expresada en el Frenapo).


Una delegada “verde” del Hospital Garrahan centralizó su intervención en atacar a los delegados combati vos de Ate en su misma Junta Interna, en el sentido de que “no querían la unidad”.


Una intervención muy interesante fue la del secretario general de Ate Justicia, quien, aclarando que su intervención era la “representación institucional de la Junta Interna”, planteó que había que ratificar los “principios rectores” de la Cta (independencia de los partidos, del Estado y de las patronales) y que “nos estaba matando la ‘engañapichanga’ de las elecciones y del gobierno”, porque “llegar al gobierno no es llegar al poder”. No hizo ninguna referencia al conflicto por despidos en Justicia.


Ate no sabe cómo pararse en su propia crisis, y mucho menos cómo salir de la misma.


Sobre la base de las nuevas Juntas Internas antiburocráticas que han surgido, es la hora de construir una gran agrupación estatal clasista en Ate y la Cta.


Delegado general adjunto de ATE–Minería y Segemar