El martes 4 de abril tuvo lugar un plenario de delegadas y delegados del área metropolitana en la sede central de ATE. Hacía mucho que no se realizaba una reunión de estas características. La convocatoria tenía el propósito de resolver la participación de ATE en la “jornada de la CTA”. Días antes, la seccional Capital había definido parar ese mismo día (12 de abril). Más allá de eso, el plenario fue escenario de una notoria crisis que se procesa en las filas de sectores del movimiento obrero integrados al gobierno del Frente de Todos.

El informe dado por el secretario general, Hugo “Cachorro” Godoy, fue lapidario en definiciones sobre la política del gobierno actual. Por ejemplo, afirmó que “subsidian a los ricos mientras recortan el Potenciar Trabajo”. También denunció que “se niegan a subir el salario mínimo”, que es “de indigencia” y que el reciente acuerdo al respecto contó con el aval “del gobierno, las otras centrales sindicales y los empresarios”. Como si esto fuera poco, señaló que los funcionarios “van a EE.UU. a lamer las botas del FMI”. En nuestra intervención en el plenario planteamos que, con semejante caracterización, lo mínimo es romper con el gobierno e impulsar un plan de lucha de verdad. No fue, sin embargo, la conclusión que propuso la directiva, ni en la apertura, ni mucho menos en el cierre. Por lo tanto, señalamos, esa contradicción debía ser superada: era imperioso poner al gremio en acción de forma democrática, luchando por consignas claras frente al ajuste fondomonetarista (salario igual a la canasta familiar que calcula ATE Indec, pase a planta). Frente a esto, fueron muy significativas las numerosas intervenciones por parte de delegadas y delegados de la Verde manifestando su descontento frente a la “tibieza” del sindicato. Hubo reiteradas referencias a la promesa incumplida de los 30000 pases a planta, que tanto el gobierno como ATE anunciaron varias veces. Lógicamente, crece el temor frente a la perspectiva cierta de una ofensiva con despidos en los próximos meses, especialmente tras el recambio gubernamental.

Frente a un descontento creciente, los elementos más ligados al Consejo Directivo apuntaron a modificar “el clima” del plenario. La defensa fue ciertamente lastimosa: reivindicaron que “ya estamos en plan de lucha”, con relación a las medidas marginales, aisladas y sin reclamos al gobierno que hicieron hace algunas semanas. Plantearon que el apoyo al gobierno reside en saber distinguir que “con la derecha sería peor”, sin notar contradicción en que minutos antes habían dicho que la política oficial abre las puertas de par en par al triunfo de la derecha. Celebraron repetidas veces que “el gobernador Kicillof trabaja mancomunadamente con el gremio” y acto seguido admitían con gesto duro que “es cierto que auxiliares de escuela ganan entre 100 y 120 mil pesos” (!), una autodenuncia brutal. Como gesto de “dignidad”, rescataron el rechazo a participar en la reunión con la embajada norteamericana (¡menos mal!), en una diferenciación -sin nombrarla- con la CTA de Yasky, que se arrastró hasta el subsuelo en aquella oportunidad. Pero siguen apoyando al gobierno que ajusta a pedido de esa embajada.

Para finalizar, tomó la palabra Oscar De Isasi, secretario general de ATE Provincia de Buenos Aires y candidato de la Verde para suceder a Godoy. Abiertamente, planteó que existe “una discusión abierta en ATE sobre la autonomía”. Al respecto, sostuvo que “la autonomía no podía ser ‘aislamiento’” y que “debía ser el derecho de nuestra clase a definir qué proyecto de país apoyar”. Se trata de una distorsión: para formular un “proyecto propio” de la clase obrera, es condición necesaria romper toda conciliación con las clases explotadoras; un frente con agentes del capital y el imperialismo es por definición un espacio de subordinación de oprimidxs con opresores. Pero, sin llegar a eso, un sindicato debe ser independiente, responder a las necesidades de sus afiliados y afiliadas, y organizar la lucha por sus reclamos. Si se integra al gobierno, que es directamente nuestra patronal, desnaturaliza su función más elemental. Es lo que ha ocurrido con la CTA y ATE tras una integración sin precedentes al “estado empleador”. Por eso, tantos compañeros y compañeras, incluso siendo de la Verde, o sin reclamarse de izquierda, observan azorados la degradación en la vida democrática del sindicato y en su capacidad de lucha.

La forma de romper con esta dinámica es modificar por completo la dirección. Para pelear en ese sentido, peleamos por construir una lista antiburocrática. En lo inmediato, está planteado participar activamente y en forma independiente del paro del 12. Es necesaria una asamblea general del gremio, para que en forma multitudinaria decidamos cómo continuar.

https://prensaobrera.com/sindicales/paremos-el-12-de-abril-por-la-organizacion-de-un-plan-de-lucha-en-serio/