Sindicales

24/8/2017|1471

Plenario en el Bauen por la movilización de la CGT

Un debate aleccionador


Por iniciativa de Pepsico se realizó un plenario para discutir la participación en la marcha de la CGT. En la apertura, la Comisión Interna mocionó constituir una columna independiente y proponer a la CTA confluir para ingresar juntos a la Plaza de Mayo, de manera de amplificar el reclamo del paro general. 


 


El planteo dio lugar a un intenso debate en torno de lo que La Izquierda Diario llamó en un artículo posterior “la política hacia las centrales y sindicatos” con el objetivo de que “dentro de la marcha se dé una pelea común”; porque trata de “pelear para que las organizaciones de masas actúen de forma progresiva”.


 


Es una vieja de tesis del morenismo según la cual promover acciones comunes con la burocracia permite lograr, por presión de sus bases, superar sus objetivos o, en caso contrario, desenmascararla.


 


Los dirigentes de la Coordinadora Sindical Clasista explicaron que los Suteba no podían marchar “para reclamar un paro” con Yasky y Baradel, los enterradores de huelga docente. Lo mismo cabe para Wasiejko, ex burócrata del Sutna y actual adjunto de la CTA, “entregador serial de las reivindicaciones del Neumático”. Semejante cosa equivaldría a “lavarles la cara” a los burócratas e introduciría una enorme confusión.


 


El kirchnerismo -tanto la CTA como la Corriente Federal que actúa dentro de la CGT- depuso la movilización del 7 de agosto por un pedido de Cristina Fernández para no entorpecer la campaña hacia la Paso. 


 


En el debate también quedó refutada la falacia de que “dos de cada tres votantes habían rechazado el ajuste”, ya que ni los Massa, los Randazzo, las Bertones o Schiarettis son opositores al ajuste. Todos ellos garantizaron las leyes del macrismo y ejecutan en sus provincias el ataque a los trabajadores. De allí la importancia de establecer una delimitación tajante de ellos y de sus tributarios sindicales.


 


El acierto de la batalla política librada por la CSC-PO, que remite a otras (marcha del clasismo del 9 de agosto de 2016, el acto del 28 de octubre contra la tregua de las centrales, etc.), quedó confirmado veinticuatro horas después. 


 


El documento firmado por las CTA y la CGT convocando a movilizarse no propuso una sola medida de acción. Luego de eso, la Mesa Nacional de la CTA dio a conocer una resolución que vuelve a ignorar el planteo del paro nacional (y ni menciona el conflicto de Pepsico). Esto fue denunciado por los propios trabajadores de Pepsico en una carta pública en la que, sorprendentemente, insisten en llamar a la CTA a “rever su política”. 


 


Para ayudar a los trabajadores a romper el “chaleco de fuerza” de la burocracia, el clasismo debe desarrollar una política sistemática de denuncia y actuar con total independencia de ella.