Sindicales

9/9/2019

Por asambleas en todos los gremios aeronáuticos para terminar con la tregua

La Pista

Con el acuerdo paritario de Aerolíneas-Austral vencido hace 11 meses, los  Sindicatos Aeronáuticos Unidos (SAU) se reunieron con el Secretario de Trabajo Lucas Aparicio. En ese período las conducciones fueron aceptando los sucesivos parches del macrismo: un 3,7% en enero, un 4,1% en marzo y un 15,2% en mayo, que suman un mísero 23%, frente a una inflación anual del 55%, llevando el salario a una desvalorización brutal. Y aún no sabemos el impacto que tendrá la megadevaluación post Paso.


En el comunicado informando sobre la reunión no convocan a medidas de fuerza ni amenazan con tomarlas a futuro. Ni siquiera declaran sus inocuos “estados de alerta y movilización” frente a la catástrofe que atraviesa el sector.


En casi 4 años sólo hicieron un paro aislado, dejando pasar todos los ataques del macrismo: desde el cierre de SOL a la apertura de los cielos a las low cost precarizantes, con sindicatos armados por la patronal, generando centenares de incidentes, vulnerando las normas de seguridad aéreas y aeroportuarias, desatando una guerra tarifaria que hoy lleva a Avian y Andes a la convocatoria de acreedores, con despidos encubiertos y pago en cuotas de los salarios.


La pasividad de los gremios aeronáuticos permitió que avance la ingerencia de la PSA (Policía de Seguridad Aeroportuaria) en las tareas de rampa, la desregulación de las mismas en perjuicio de Intercargo, el acuerdo de cielos abiertos con Estados Unidos, la presencia de aviones y tripulaciones  extranjeras en cabotaje. Nadie puede sorprenderse que hoy Latam con equipos y tripulaciones extranjeras use aeropuertos y cielos argentinos para volar a las Islas Malvinas. Una prueba más del vasallaje colonial del macrismo.


Los SAU están en línea con la burocracia de las CGT y CTA que garantizaron a Macri la “gobernabilidad” que llevó al país a la bancarrota y hoy nos piden “tranquilidad” para que siga haciendo el trabajo sucio del ajuste. Después de octubre nos pedirán meses o años de paciencia para que paguemos los miles de millones que fugaron los capitalistas. Vienen por más ajuste y destrucción de convenios.


Con estas conducciones no hay salida. Han fracasado en su planteo de rechazar los paros y reemplazarlos por medidas “más creativas” que no afecten los vuelos. Jugados a la paz social así se esté hundiendo todo, nos llevan a movidas mediáticas inconducentes: asambleas en las que no se debate ni se vota, declaraciones, movilizaciones de aparato, sin paro, comunicados, estados de alerta, reuniones con los diputados que votaron las leyes del ajuste. Cualquier cosa menos medidas reales de fuerza.


Sin embargo, sólo las medidas de acción directa, que afectaron o amenazaron con afectar los servicios aéreos lograron sus objetivos. Es el caso de los pilotos que una vez que rechazaron la conciliación obligatoria ratificando un paro lograron que la ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil) retrocediera en su intención de permitir volar a pilotos sin habilitaciones que querían ser utilizados como carneros. Lo mismo ocurrió después del único paro de 24 horas, cuando Luis Malvido, presidente de AR AU (Aerolíneas Argentinas-Austral) tuvo que dar marcha atrás con las 376 suspensiones y archivó la modificación de los convenios.


A pesar de las burocracias los aeronáuticos buscan abrirse camino. En Latam la decisión unilateral de otorgar un bono por única vez como compensación por la pérdida salarial generó asambleas  de tripulaciones que paralizaron el servicio.


Los compañeros de GPS (tercerizada de Aerolíneas) vienen realizando asambleas masivas por la reapertura de la paritaria ante la crisis. La interna (El Despegue – PTS), ha propuesto movilizarse al Chek-in y reclamar a los gremios medidas generales. Sin embargo sólo afectando los servicios es posible torcer el brazo a la patronal. Y nada cabe esperar de las burocracias aéreas. Es lo que demuestran los triunfos obtenidos por los controladores aéreos que a partir de sus asambleas en todo el país, arrancaron con paros progresivos aumentos salariales y la reincorporación de Anabella Stark, controladora de Córdoba, quien denunciara acoso laboral antes de ser despedida. Este sector, superó incluso el obstáculo antihuelgas de ser considerado por ley “servicio esencial”, ley que había impuesto el kirchnerismo y aceptado la burocracia de Atepsa.


Los trabajadores debemos tomar la iniciativa impulsando asambleas y plenarios de delegados con mandatos de todos los gremios que definan un paro de 36 hs con movilización al Ministerio de Transporte, como primer paso de un plan de lucha en defensa del salario y contra la avanzada del gobierno.