Sindicales

12/11/2009|1108

Por la organización de los trabajadores

Se ha agudizado el conflicto político-sindical entre el gremio de camioneros y los dos grandes diarios –La Nación y Clarín. El reclamo de que las cooperativas que se encargan de distribuir los diarios pasen sus empleados al gremio de Moyano lleva ya meses de conflicto. Desde febrero, cuando produjeron los primeros choques por el encuadramiento, hasta hoy, se han incluido en el convenio colectivo unos 400 empleados. Restan 600 que trabajan en seis cooperativas que aún se resisten al traspaso.

La totalidad de los trabajadores de la distribución de diarios y revistas eran verdaderamente trabajadores de segunda. Desarrollaban sus tareas casi en condiciones de esclavitud. Con un día de descanso anual. El grueso de la tarea se realiza a la madrugada, y no se les permitía ningún tipo de sindicalización en nombre del régimen cooperativo, lo que evadía el cumplimiento de los convenios laborales vigentes con sueldos de hambre muy por debajo de los sueldos de los camioneros. La mayoría de ellos ni siquiera tienen registrados los aportes jubilatorios.

La distribución de diarios y revistas era un sistema inventado por las propias patronales de los diarios bajo la forma de cooperativas truchas. Había muchas cooperativas y todas actuaban bajo la directiva que le marcaban los grandes diarios. Sin patrones visibles, evadiendo las responsabilidades que les caben por ese tipo de trabajo negrero.

Los propios trabajadores de estas “copetruchas” fueron los que llamaron al gremio de camioneros. Quieren tener ese convenio, elegir delegados, tener cubierta su seguridad laboral y alguien que se encargue de que los aportes jubilatorios lleguen al destino correspondiente.
La CGT tiene miles de trabajadores de la Uocra trabajando en el petróleo en todo el país. Tiene miles de empleados de comercio en más de 50 gremios distintos. Tiene miles de trabajadores contratados sin “imponer” agremiarlos a ningún sindicato.

La CGT sólo defiende el encuadramiento en Camioneros, deformando una reivindicación justa y transformándola en una pelea de aparatos gremiales. Moyano se apropia de métodos de lucha que le son ajenos, como el piquete y los cortes, utilizando para ello un inmenso aparato sindical rentado que actúa como fuerza de choque del gremio.

Los “piqueteros” de Moyano son todos tipo “Madonna Quiroz” y no solo actúan en los llamados encuadramientos: también lo hacen como tropa de choque oficial, como ocurrió en la llamada crisis del campo. O en la ley de medios.

Moyano, que hace uso y abuso de determinados aprietes patronales, no duda en enfrentar a los verdaderos piquetes y a los verdaderos paros de activistas de lucha en los distintos gremios. Ha salido a proteger al burócrata Daer como lo hizo con el conflicto de Kraft, denunciando por “ultras” a los luchadores de la alimentación y blanqueando el ingreso de la infantería en la planta. Posición que ahora repite miserablemente contra los trabajadores del Subte que luchan por su nuevo sindicato, apoyando al burócrata Fernández, de la UTA.

Defendemos que todos los trabajadores de distribución estén encuadrados en camioneros y también defendemos su elección de delegados y su independencia, tanto de las patronales y del gobierno como de la burocracia sindical.