Desde el miércoles 30 de junio, los 75 despedidos de Firestone decidieron bloquear la puerta 2 de la planta de Llavallol y continuaron el viernes 2 de julio en la puerta 1. Impidieron toda entrada y salida de vehículos, obligando a retirarse a los camiones que esperaban su entrada y dejando adentro a dos camiones brasileños, ante la intransigencia de la patronal.

Sesenta y cinco son los compañeros que, desde diciembre, están reclamando su reincorporación. Agotadas las instancias legales, debieron recurrir a los métodos piqueteros para que Firestone, que aumentó su producción por las exportaciones y que ha tomado gente con los compañeros acampando en la puerta, reconozca sus reclamos.

Los despedidos se encuentran muy firmes y aseguran que se quedaran ahí hasta que logren su reincorporación. Las expectativas del Sindicato del Neumático (Sutna-CTA) acerca de que Kirchner o el Ministerio de Trabajo le impondrían a la patronal la reincorporación de los compañeros se demostraron inútiles. Todas las ilusiones en una salida favorable “desde arriba” al conflicto fueron vanas.

Ante esta realidad, la actitud de la dirección del Sutna-CTA, que recibe con hostilidad todo intento de participación de organizaciones solidarias, no se corresponde con la necesidad de rodear de solidaridad la lucha. Somos partidarios de impulsar asambleas dentro de la fábrica para parar totalmente la producción, obligar a la reincorporación de los compañeros e imponer el fin de la flexibilización laboral, del trabajo precario y de los contratos truchos.

El triunfo de los compañeros de Firestone es un desafío para todo el movimiento popular. Que el Sutna convoque a un gran acto masivo frente a los portones de Firestone para comenzar un acampe popular con bloqueo de la planta hasta la reincorporación de los despedidos.