Sindicales

17/10/1996|515

Por una sola lista de activistas de la oposición

Los metalúrgicos de La Ma­tanza afrontan las elecciones de su gremio en un cuadro de suspensiones y aumento de la inten­sidad laboral. A esto se suma el anuncio del cierre de la planta de Acindar, ante la más absoluta pasividad de la conducción buro­crática de Gdansky.


El propio proceso de manifes­taciones masivas metalúrgicas alrededor del conflicto de KLIA, que forzó a la patronal a un acuer­do por la reapertura de la planta, fue abandonado, ocasión aprove­chada para dejar inactiva la em­presa.


Se ha caído por lo tanto, hasta la última máscara de una direc­ción que se ufanaba de la “defen­sa” de los metalúrgicos desde un plano empresarial y guberna­mental. La gota que rebasa el vaso del descrédito de esta direc­tiva es la clara evidencia de farsa del mentado “Parque Indus­trial”. Menos de la mitad de los metalúrgicos de lo que existían al comienzo de su gestión, son el inapelable testimonio de una po­lítica catastrófica.


División


La presentación de dos listas de oposición dificulta objetiva­mente la posibilidad de derrotar a esta conducción. Para agravar aún más las cosas, en ambas lis­tas figuran activistas reconoci­dos del gremio.


La lista Azul Grana, que con­centra candidatos de las fábricas que más se han destacado en el proceso de movilizaciones, se fue nutriendo de apoyos de inoculta­ble cuño miguelista (como el ne­fasto Alejandro “Negro” Pérez). La plataforma de esta llamada Unión de Agrupaciones Metalúr­gicas de La Matanza, plantea la “defensa  incondicional del salario convencional meta­lúrgico” y “un plan de lucha nacional para la recomposi­ción del salario”. En este único punto reivindicable del progra­ma hay, sin embargo, un profun­do encubrimiento de la directiva nacional, ya que dice que la “UO- MRA no discutió, no discute ni discutirá jamás relación alguna que implique…la prostitución del salario”.


Luego de reclamar un plan de acción nacional en defensa de la ley de contrato de trabajo y Obras Sociales, se pronuncia por la “De­fensa incondicional del Esta­do de Derecho y de las Institu­ciones de la Democracia”, y por la ocupación a “Nivel muni­cipal, provincial o nacional del espacio dejado vacante por la conducción” de Gdans­ky. Sin sonrojarse coloca a la UOM como “Modelo de organi­zación social no superado en la tierra”.         


En el punto Defensa incondi­cional del parque industrial ma­tancero, propone la “Declara­ción de Emergencia a los po­deres públicos legalmente constituidos para constituir un Frente de Defensa de la Economía Matancera con la participación de los poderes públicos, las fuerzas econó­micas, política y social y el respaldo militante de la Igle­sia Católica y demás confesio­nes…”.


No es un programa de lucha, no reclama las paritarias, no de­nuncia a la burocracia miguelista, ni los convenios por empresa, permitidos y alentados por el pro­pio Miguel, y no llama a enfrentar a las patronales, las cuales son convocadas bajo el eufemismo “fuerzas económicas”.


La lista Gris, por su parte, es un conglomerado de agrupaciones políticas y sindicales que presenta un programa de reivindicaciones encabezado por un salario de acuerdo a la canasta familiar, y se pronuncia por la defensa de los convenios colectivos de trabajo, por la defensa de la fuente de trabajo, por la estatización de las empresas que despidan o cierren, por el re­parto de las horas de trabajo sin merma salarial, por la anulación de las leyes antiobreras.


No se pronuncian por las pari­tarias, pero sí plantea una “multisectorial con los partidos políticos opositores al mode­lo neoliberal…por un plan de lucha en pos de la liberación nacional con justicia social”. Reivindica también el retomo del MTA a la CGT.


Por sus planteos, los activistas de ambas listas se subordinan uno sala burocracia de Miguel los otros a la del MTA y FREPASO- UCR. El activismo presente en las dos listas debe reunirse en forma independiente y exigir una lista única de oposición