Sindicales

19/8/2015|1377

PPP Telefónica, el proyecto oficial no defiende el derecho al 10%


En la movilización del 12 de agosto de la “mesa de unidad sindical de las telecomunicaciones”, que agrupa a los sindicatos y federaciones telefónicas de todo el país, se presentó el proyecto de “ley Recalde” por el pago de los Bonos de participación en las ganancias. Es una reivindicación que se remonta a la privatización de Entel.


Unos 3.000 trabajadores vinieron tanto del interior como de Buenos Aires, donde los trabajadores de Personal, Movistar y Nextel pararon las oficinas comerciales por primera vez.



Los proyectos de Recalde y de Pitrola


El “proyecto Recalde” plantea el pago de los bonos a todos los telefónicos, pero no define cuanto será “el porcentaje de las ganancias a distribuir”, es decir, el punto central de la discusión. Ello dependerá, dice el proyecto, de una “negociación colectiva” entre la empresa y el sindicato. En caso de no acordar, “serán establecidos por el Ministerio de Trabajo” (artículo 3). Hace más de 25 años que las patronales telefónicas adeudan el pago de los bonos. Su negativa tiene la misma antigüedad. Un proyecto de ley debe establecer claramente cuál será el porcentaje a pagar. Es un punto crucial, cuando hay jueces que fallaron por el ¡0,50%! de participación del total de trabajadores.


El Ministerio de Trabajo -colocado como última palabra en el proyecto Recalde- es cómplice de las patronales telefónicas, como se demuestra en el crecimiento de las tercerizaciones y las paritarias a la baja. Por el contrario, el “proyecto Pitrola” establece la obligación del pago de los Bonos sobre el 10% de las ganancias. Así se desprende, por otra parte, del Programa de Propiedad Participada (PPP) de la ley 23.696 de “reforma del Estado”, con la cual se privatizó Entel.


En definitiva, el proyecto K deja de lado el principio de la reparación del derecho adquirido con la propiedad participada, para reemplazarlo por un planteo de participación de las ganancias en paritarias. En definitiva, retoma aquella línea de la CGT Moyano, hoy abandonada, por la que la participación de las ganancias forma parte del salario y de las paritarias. En vez de reparar un derecho incumplido durante décadas,se pretende un “complemento” del salario telefónico, que viene a la baja cuando las ganancias de las telefónicas son siderales.


El proyecto de Recalde no plantea ningún resarcimiento económico por todos los años adeudados por Telefónica y Telecom: sería un nuevo convenio colectivo. Deja este punto librado a los juicios que han fracasado en la mayoría de los casos. El “proyecto Pitrola”, en cambio, establece un resarcimiento económico de cuatro sueldos por año no pagado, según la antigüedad de los compañeros. En materia de “resarcimiento económico” tenemos el antecedente de los ex trabajadores de YPF, logrado este año a partir del proyecto de nuestra bancada en combinación con la Coordinadora de esos trabajadores.


El proyecto oficial tampoco incorpora a los tercerizados que realizan las mismas tareas, bajo la forma de fraude laboral.


La movilización del 12 terminó con un acto en el Congreso, de un sectarismo y macartismo sin precedentes. Varios diputados kirchneristas atacaron a la izquierda de ser “testimonial” y por “hacerle el juego a la derecha”, mientras llamaban a votar a Scioli. Esto disgustó a cientos de trabajadores presentes, que lo vieron como un acto de campaña. Llamativamente, no hubo referencia a las patronales telefónicas, aliadas estratégicas del gobierno, que son las que adeudan los Bonos y se la vienen “llevando en pala” durante toda la “dekada ganada”.


El “proyecto Pitrola” fue el disparador de un movimiento de lucha nacional. Desde la Naranja elaboramos este proyecto junto a los diputados del Frente de Izquierda y organizamos cinco audiencias públicas: dos en el Congreso y tres en las legislaturas de Mendoza, Córdoba y Neuquén. El proyecto tiene la firma de 13 diputados. Reclamamos que todos los diputados del Frente, que son firmantes del proyecto, lo sostengan frente a esta ofensiva para liquidar su letra, su espíritu y el movimiento de lucha por él. Exigimos asamblea general para debatir el tema y resolver un plan de lucha.