El ajuste que lleva adelante el gobierno de los Fernández y Massa por orden del FMI tiene su traducción, en el Subte de la patronal larretista que ataca las condiciones salariales y laborales, a través de paritarias por debajo de la inflación, con la no resolución de la presencia del mortífero asbesto, mediante la pretensión de imponer la polifuncionalidad y de eliminar puestos de trabajo, y en el deterioro permanente de la infraestructura, al no realizarse las mínimas inversiones necesarias.

En un plano más general, el deterioro del servicio y la no extensión de las líneas golpean sobre una población trabajadora que viaja cada vez peor.

Durante el último mandato, la conducción de Beto Pianelli (secretario general) y Néstor Segovia (adjunto) agudizó su conservadurismo. Su subordinación al kirchnerismo los coloca en la posición de no desenvolver luchas consecuentes por las reivindicaciones obreras.

A pesar de tener una patronal macrista no quieren desentonar con el resto de las direcciones K de los sindicatos y se orientan a un compromiso permanente con el larretismo, gestionando pequeños inconvenientes que puedan surgir, pero no atacando los problemas de fondo que sufrimos.

Este accionar los ha llevado, al mismo tiempo, a un paulatino abandono de la democracia sindical. No existen las asambleas generales, las propuestas paritarias patronales se firman ad referéndum de decisiones de la base que luego no existen, se prioriza el compromiso antes que las acciones de lucha, y sigue vigente el acta antihuelga que la Roja y Negra firmó en el pasado.

La marcha del ajuste, sin embargo, no es digerida sin consecuencias para las conducciones kirchneristas de algunos sindicatos, ya que deben responder a la bronca que crece en las bases. En el último tiempo, las directivas de ATE Capital y UTE –aliados de Pianelli y Segovia- se partieron entre distintos sectores, que si bien siguen reivindicándose K, buscan algunas vías de diferenciación.

Algunos atisbos de esto vemos en el Subte, en donde el sector de Segovia se impuso al de Pianelli en la asamblea de Junta Electoral y reclama para él el puesto de secretario general.

Contra este derrotero consideramos que es fundamental la constitución de una lista opositora, que defienda los métodos de lucha históricos de los trabajadores del Subte y que sea independiente del gobierno nacional y de cualquier variante opositora de la burguesía, para luchar sin ataduras por nuestros reclamos.

Es la política que quienes integramos la Agrupación Naranja desenvolvemos a diario en nuestros lugares de trabajo y que nos permitió imponer condiciones de seguridad e higiene -ante el Covid y el asbesto- en los talleres y en tráfico de la Línea B, que se terminaron imponiendo en todo el Subte.

Del mismo modo actuamos como minoría al interior del secretariado ejecutivo, llevando reclamos y luchando por cada uno de los problemas de la base.

Vamos con la Multicolor

Con esta perspectiva, hemos constituido la lista Multicolor con los sectores de la oposición. La misma lleva como candidato a secretario general a Dellecarbonara (Bordó PTS) y como secretario adjunto a Christian Paletti (Naranja PO). De la lista también participan las agrupaciones Violeta, Azul, Granate, Bermellón y Gris. Venimos discutiendo con los sectores opositores la necesidad de constituir una lista unitaria, con un programa que contemple la independencia política de nuestro sindicato, la defensa de los métodos y los planes de lucha, la acción huelguística y la democracia sindical. Y el compromiso de luchar por nuestro salario, nuestro convenio, nuestras condiciones de trabajo e higiene y por la definitiva personería para la AGTSyP, por el doble franco y la jubilación anticipada y contra el vaciamiento del subterráneo.

Esta es la política, el programa y el método que la Naranja defenderá en las próximas elecciones.