Sindicales

13/3/1997|530

Pueblada, rebelión y victoria ¿Y la dirección?

El ataque a fondo llevado a cabo por el clan Menem-Obeid-Stanoevich, a pesar del año electoral, se efectivizó a 48 hs. del inicio de clases.


El ‘decretazo’ se conoció el viernes 28 y en él rezaba que se cerraban cargos en toda la provincia (400) y se fusionaban grados y cursos hacinando niños, pero lo más importante era que ponía en disponibilidad a todos los compañeros, fueran titulares o suplentes.


El clan antiobrero y aplicador de la Ley Federal Antieducativa no contaba con la verdadera sublevación y revuelta de docentes y padres el sábado 1º y el domingo 2, que determinó que el lunes 3 (inicio de clases) se cumpliera masivamente el ‘paro’ encubierto que determinó una Asamblea Provincial, inmovilizada por los acuerdos con el gobierno, por un lado, y la presión de los trabajadores y los padres, por el otro. La medida provocó una verdadera andanada de denuncias, la conformación de comisiones de padres en apoyo a la continuidad en los cargos de los compañeros y en contra de la fusión. Podemos decir que se ‘incendió’ la provincia, imponiendo la derogación del ‘decretazo’.


Cuarenta y ocho horas después, vergonzosamente, Obeid dice (que) la derogación del decreto 349 (de cierre y despidos) con el decreto 382 “no es una muestra de debilidad del gobierno sino de reconocimiento de errores frente a planteos con fundamentaciones”. ¿Cuál? ¿el planteo del “paro” del 3/3?


Lo que dice Obeid en realidad es (y lo expresa en los considerandos del decreto 382): estoy débil y necesito dialogar, para imponer el achique, con el acuerdo del sindicato.


¿Y la dirección?


Que comenzáramos las clases el día 3 nos decía ya que no había respuesta ante el ataque del gobierno.


El llamado a Asamblea Provincial para el 28 indicaba también que la dirección estaba inmovilizada en la ‘creencia’ de que nada iba a suceder.


Los docentes estuvimos en las escuelas desde el 10/2, lo que nos daba la posibilidad de una férrea organización para los reclamos; reivindicaciones es lo que sobran, aun si no hubieran atacado como lo hicieron.


Es evidente, entonces, que el accionar responde a la política centroizquierdista de conciliación de clases, con el fin de salvar la gobernabilidad de un gobierno irrecuperable y consumido por las luchas intestinas, la corrupción y la entrega del país y la educación a los monopolios internacionales.


Qué hacer


El año pasado evitamos con la movilización que cerraran 3.000 cargos docentes por aplicación de la Ley de Emergencia (11373).


Este año, más espectacularmente, derogamos el decreto de cierre, fusión y disponibilidad.


Pasada la euforia de la victoria, debemos retomar el camino de la organización para enfrentar futuros ataques y pasar a la ofensiva en el logro de nuestras reivindicaciones, por:


  1. Aumento de salario, 700 pesos de básico.
  2. Paso del presentismo y los pagos en negro al básico.
  3. Derogación de los decretos 994 y1172/90, que cercenan los derechos en licencias.


Dimos otra batalla y ganamos en el camino de la derogación de la Ley Federal de Educación. Podemos lograrlo.


Organicemos en esta perspectiva un Congreso de Delegados de Escuelas, que defina el camino y lidere la lucha.