Terminando un año que ha sido muy duro para el conjunto de los trabajadores, los municipales de Guaymallén se han puesto en pie de guerra contra el intendente Marcelino Iglesias. Con paro y piquete, impulsado por los trabajadores del área de Obras por Administración, ha comenzado este jueves un plan de lucha por la recomposición salarial.

Y es que a la radicalización y bronca que empezó a manifestarse por la situación de los salarios, Iglesias respondió con un decreto donde pauta un aumento del 30% en 6 cuotas (no acumulativo) y bonos en negro que no afectan el salario básico.

Estas medidas no han sido espontáneas; han sido la respuesta al decreto como consecuencia de la agitación y preparación de debates en asambleas, donde se puso a consideración cuál debe ser el aumento y las mejoras de las condiciones laborales.

Diferente ha sido la acción de la burocracia del SOEMG, que se citaba con el intendente a espaldas de los trabajadores y luego llevaba la propuesta de la patronal a las bases. Incluso, en una maniobra de poca monta, la burocracia hizo la pantomima de ir a reclamar una mejora, la cual salieron a vender, y resultó ser lo mismo que el decreto oficial pero achicando de 6 a 4 cuotas del pago.

Esto ha sido como echarle nafta al fuego, y ha desatado la radicalización de la base, la cual, en algunos lugares, echó a la burocracia. Los delegados de Sitea y su planteo del 60% al básico en una sola cuota, el blanqueo de los ítem en negro, la equiparación de las asignaciones municipales a las nacionales, el pase a planta y el fin de la privatización de los servicios han empalmado con el sentir de los trabajadores, transformándose en el puntapié para preparar una movilización a la explanada municipal y la realización de una asamblea general de trabajadores para votar la profundización del plan de lucha.