Sindicales

31/8/2021

¿Qué hay detrás de la paritaria de Kicillof y Baradel? 

El Frente de Unidad Docente Bonaerense convalida el ajuste salarial.  

El Plenario de Secretarios Generales de Suteba Provincia votó aceptar la propuesta salarial de Kicillof, con la oposición y el rechazo de las seccionales combativas Multicolor. Roberto Baradel presentó escuetamente la moción de aceptación, reivindicando el porcentaje del 45,5% que le “gana a la inflación” y a un gobierno provincial que “sí escucha a los docentes”. Fue notable, a lo largo de todas las intervenciones, el esfuerzo de la burocracia por evitar referirse explícitamente al detalle de la oferta en cuotas hasta fin de año que deja a la mayoría de la docencia bonaerense por debajo de la canasta básica, hoy en 67.500 pesos.

Liquidación de los salarios básicos

“Cuando voy al almacén no me preguntan por el salario básico para pagar” dijo Baradel a modo de conclusión del debate y con tono de jingle de propaganda. Una barbaridad que delata la política de la conducción Celeste, de destrucción de los salarios básicos y achatamiento de la pirámide salarial. Desde hace mucho la referencia salarial para la burocracia dejó de ser la canasta familiar, hoy en 108.000 pesos, que representa los costos que un trabajador debe afrontar para comer, vestirse y vivir.

Con esta frase patética y pretendidamente mordaz, la conducción provincial cree justificar los básicos de miseria de la docencia de la provincia de Buenos Aires que, acuerdo mediante, son a noviembre, para cobrar en diciembre, de 21.500 pesos para el cargo testigo de preceptor y de 23.660 para la maestra de grado. Siendo que la canasta de indigencia está en 30.000 pesos, la oferta esponsoreada por el Frente de Unidad Docente Bonaerense que incluye al Suteba Provincia consagra esta brutal desvalorización salarial.

En su derrotero, Baradel defendió el criterio de “retribución por media jornada de trabajo” para blanquear lo firmado. Un exabrupto que nació con la propia Cristina Kirchner en una sesión del Congreso en 2012, cuando sentenció que los maestros “trabajan cuatro horas y tienen tres meses de vacaciones”. El secretario general confunde deliberadamente salario inicial con salario básico, y la “media jornada” con la jornada simple, extendida, completa y doble que definen cargas horarias diferentes de la docencia. El propósito es liquidar la consigna histórica de un salario igual al costo de la canasta familiar por cargo, que comprende además el tiempo necesario para la preparación de la labor didáctica. Lo de Roberto Baradel es un aval a la sobrecarga laboral en desmedro de la calidad educativa.

De espaldas a la docencia

A diferencia de la burocracia que apuró la “aceptación” en 48 horas, en cuerpos de delegados sin mandatos de las escuelas, las seccionales Multicolor llamaron a asambleas y mocionaron el rechazo por la forma y el contenido de la propuesta, reclamando que se replique la convocatoria a asambleas en todos los distritos previa difusión de la escala salarial. Peor aún que Baradel, Petroccini impostó una “consulta” por Whatsapp sin garantías de fiscalización y control. Las asambleas muy numerosas del Suteba Matanza y de Ensenada, por tomar algunas, contrastaron con las maniobras de aparato de la burocracia Celeste, afanosa por ponerle el gancho a la oferta a la baja.

La “frase graciosa” de Baradel atenta contra años de lucha de la docencia en defensa de los salarios básicos que inciden en la jubilación y también en la antigüedad del docente, y son un componente muy fuerte de los sueldos conforme avanza la carrera laboral. Tampoco es cierto que los salarios le ganen a la inflación, porque los aumentos son pactados en cuotas mínimas; y  la “readecuación”, como definió el secretario general de Suteba Provincia a la oferta de Kicillof, implica cobrar la diferencia con el 35% de febrero en dos cuotas a octubre y noviembre, que se perciben en noviembre y diciembre. Ni Kicillof ni Baradel contemplan la cláusula gatillo de actualización inmediata, sino una “revisión” en diciembre, cuando en verdad debería abrirse la nueva paritaria.

Que la Celeste evada defender la escala salarial aceptada es un fraude, y a la vez, una muestra de debilidad. La aceptación exprés y en tiempo récord encubre que un preceptor con la máxima antigüedad de 24 años quedará por debajo de la canasta básica a noviembre del 2021. En el caso de las maestras (MG) superan apenas la franja de pobreza con 24 años de servicio. Para los profesores, la trampa consiste en calcular el salario sobre 20 módulos, cuando debería hacerlo por 10 para mantener un cargo como referencia.

Funcionales al ajuste y los bonistas

En conferencia de prensa, Kicillof adelantó que la oferta del gobierno sería similar para los estatales de la administración pública contemplados en la ley 10.430. El gobierno y las burocracias sellaron una paritaria completamente insuficiente como garantía de repago a los bonistas buitres. La celeridad de Baradel y las conducciones de la FEB y Udocba opera como una garantía de ajuste salarial para pagar la deuda “reestructurada” por Kicillof sin quita de capital y con una valorización de los bonos defaulteados.

La dirección provincial presentó los cuerpos de delegados -convocados de la noche a la mañana- como una instancia para “el tratamiento de la propuesta”. Un lenguaje leguleyo y antisindical para cerrar un acuerdo paritario, ya aceptado ante el gobierno de Kicillof. A la par, el ministro de Educación nacional Trotta, así como Agustina Vila en provincia anunciaban la vuelta a la “presencialidad plena” a partir del 1 de setiembre suprimiendo protocolos y reduciendo el distanciamiento entre alumnos. Una amenaza en las puertas de la tercera ola con la cepa Delta circulando en forma comunitaria, y un fraude porque no hay condiciones edilicias para la vuelta “normal” a clases.

Las seccionales combativas también mocionaron el apoyo y solidaridad militante con la enorme huelga autoconvocada de la docencia salteña, que entró en su quinta semana de huelga indefinida. El silencio de Baradel y la Celeste empalma con la negativa de la Ctera a apoyar esta lucha, y con el acuerdo de la Intergremial, rechazado por los autoconvocados con el gobierno del peronista, massista y macrista Gustavo Saénz en Salta.

Mientras Baradel justificaba los básicos de indigencia, y el “salario por media jornada”, los secretarios generales celestes rechazaron los actos públicos presenciales que reclama la Multicolor. Avalan la vuelta a clases pero no quieren la presencialidad para garantizar una mayor celeridad y transparencia en la toma de cargos docentes. El relato de la burocracia kirchnerista incluye el verso de la “mayor inversión educativa” de los últimos años, a sabiendas que vía devaluación del peso se desvalorizaron salarios y ajustaron presupuestos.

Como parte de la campaña electoral del Frente de Todos, la Celeste reconvirtió la “vida que queremos”, el spot electoral del peronismo, en la discusión de la “escuela que queremos”. Una lavada de cara hipócrita al reciclaje de la ley federal y provincial menemista, a la escuela pública “de gestión privada”, a la educación para el trabajo al servicio del capital y al avance de los programas de ajuste y precarización laboral en la docencia.

El Plenario de Secretarios Generales tampoco quiso votar el repudio a la votación conjunta de Tolosa Paz, la Cámpora y los concejales macristas que cedieron en La Plata tierras fiscales al Arzobispado, quitándoselas a los vecinos del Barrio El Rincón que pelean por la salita y el jardín maternal. Un aval a la injerencia de la Iglesia, el clericalismo y la privatización oscurantista “adoctrinadora” de estudiantes. Las seccionales Multicolor elaborarán un documento propio para defender la escuela estatal, laica y gratuita y una educación al servicio de los trabajadores y la transformación social.

Vamos por todos los reclamos y contra el ajuste educativo

Junto al rechazo de la “oferta”, las seccionales Multicolor anunciaron la convocatoria a una marcha a la Dirección General de Escuelas como parte de un plan de lucha continuado por un salario no inferior al costo de la canasta familiar, el salario de emergencia para la docencia desocupada, plan de obras e infraestructura cumpliendo los 12 puntos de escuelas seguras de Ctera, vacunación con doble dosis a toda la comunidad educativa, actos públicos presenciales, cobertura de todos los cargos faltantes, equipos y conectividad gratuita para estudiantes y docentes, aumento del presupuesto educativo y el rechazo a una presencialidad sin condiciones.

Movilizamos el 1 de setiembre por todos estos reclamos, contra el ajuste educativo, por el apoyo activo la huelga salteña, y para denunciar la paritaria a la medida de los bonistas y usureros. ¡No al pago de la deuda! ¡Plata para educación y no para el FMI y los bonistas! Este es el programa que defendemos desde Tribuna Docente, el Partido Obrero y el Frente de Izquierda Unidad.